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Día del Minero: eslabón clave del desarrollo nacional

El peso de la industria extractiva metálica en el Perú se expresa en los ingentes montos que contribuye para la mejora económica y social del país. No obstante, las cifras muchas veces nos impiden ver que detrás de ese efecto dinamizador, está presente el artífice máximo: el trabajador minero, quien, en cada faena, gesta el siguiente paso para el desarrollo nacional. Por ello, Rumbo Minero rinde homenaje al personal dedicado a sostener las labores diarias de esta intensa actividad.

En las profundidades de la tierra está la riqueza de nuestro país, pero quien determina su aprovechamiento no es la empresa, sino la mano del hombre que, al levantar el pico contra la roca mineralizada, va trazando la senda del progreso nacional. El minero mueve los hilos de la industria y, a su vez, construye la identidad del Perú.

Perforando la férrea estructura cavernaria para hallar el recurso metálico; accionando el timón para controlar un colosal bólido sobre ruedas; monitoreando el buen desempeño del circuito operacional en planta; o, simplemente desde la dirección de los procesos en mina, el esfuerzo del trabajador minero es el punto de partida para mantener viva a la industria extractiva.

Esa fundamental colaboración se traduce, a largo plazo, en positivos números de producción y, en consecuencia, en el ingreso de valiosos capitales que servirán para financiar la cristalización de obras para el bien comunitario.

En pocas palabras, el hombre de minas, más que una herramienta para la actividad, se erige como el engranaje articulador del cambio social.

Nada de lo que hemos descrito hasta el momento sería posible sin el admirable esfuerzo de un valeroso grupo sindical, encabezado por el dirigente Saúl Cantoral, que tras largas manifestaciones –y algunas lamentables pérdidas– logró instaurar el 5 de diciembre de 1989, vía Decreto Supremo N° 031-89-TR, como la fecha de justo reconocimiento al minero-metalúrgico.

La emotiva proeza también vino acompañada de predecesoras victorias ese mismo año, como la ley de jubilación minera y su reglamento; el ingreso mínimo minero; el reconocimiento adicional de enfermedades profesionales; la elevación del subsidio al 100% para cubrir la incapacidad temporal; y el desarrollo de la educación técnica en lugares dependientes de la minería.

También se debe recordar que el “Día del Minero” se dio en medio de un escenario nacional mellado por una desbordante inflación de 3.000% y el terrorismo, que atentaba contra campamentos, robaba y extorsionaba a capataces y gerentes, e infundía pavor en toda la familia minera, cobrando la vida del empresario Luis Hochschild.

Y si bien las condiciones de derechos laborales han mejorado con el devenir de los años –aunque con ligeras contramarchas–, el trabajador minero aún debe sortear los duros embates de la madre naturaleza: zonas remotas de calor extremo o frío intenso, lluvias torrenciales, bajo tierra en fosas oscuras y a más de 4.000 metros de altura.

Debemos considerar que cada vez que estos valientes hombres se internan en el yacimiento, están expuestos a los riesgos inevitables de la actividad, aun cuando estén bien aplicados los procedimientos de seguridad y capacitación.

Por ello, ser minero implica también adaptarse a intensas jornadas de prolongadas horas y días de trabajo, alejados por cientos de kilómetros de la familia, a quienes visitan por pocos días (factor que varía de acuerdo al régimen laboral). No obstante, esto se convertirá en el motivo principal para buscar un futuro mejor.

Rompiendo estereotipos

Históricamente vinculado al hombre, la minería ha supuesto ciertas barreras para el acceso de la presencia femenina; sin embargo, en los últimos años esta figura ha sabido imponerse por sobre los prejuicios. Diana Rake, partner de Transearch, declaró –a un medio local- que hoy el 5% de los 200.000 empleados, circunscritos en la minería formal, son mujeres.

En ese sentido, acota que la mayoría de ellas trabaja en puestos administrativos y un número reducido en operaciones; es decir, se desempeñan como gerentes generales/comerciales, geólogas, ingenieras de minas, operadoras de maquinaria pesada, por citar algunas labores. Además, en el área académica, el 10% de las estudiantes de ciencias geológicas culmina su profesión.

Un ejemplo de lo mencionado es Miriam Cabrera, conductora de maquinaria pesada de la unidad minera Constancia (Hudbay Perú), quien calificó como todo un reto entrar a este exigente rubro. Dos años le bastaron para prepararse y demostrar su talento en una operación que, en ese momento, carecía de personal capacitado.

Un dato muy interesante, citado por María del Carmen Panizzo, especialista en Género, Gobernabilidad y Desarrollo, revela que en el 2014 por cada promoción de 30 personas se graduaba entre una a cinco mujeres en carreras ligadas al sector extractivo y minero. La meta – proyecta Panizzo – es aumentar esa participación de diez a 15 féminas en los próximos años.

Asimismo, en febrero de este año, la Cámara Minera Perú (Camiper), mediante una publicación gráfica, actualizó que la intervención femenina en el mundo de los metales preciosos creció sostenidamente, alcanzando hoy un 7,5%; es decir, más de 200 mujeres en jefaturas de empresas mineras.

Esta información la podemos aplicar en el caso de Eva Arias, arquitecta de profesión, pero que se interesó por la minería desde muy joven debido a la influencia de su emprendedor padre Jesús Arias Dávila. Ahora, ella dirige la Compañía Minera Poderosa, empresa con más de 30 años en el sector.

Buena alimentación

Los expertos comentan que iniciar a las 5 de la mañana las cotidianas tareas en la minería no es fácil, aún si el organismo no está preparado. Por eso, un factor importante es la alimentación, que marcará el buen ritmo del desempeño físico.

Cabe recordar que Rumbo Minero visitó las instalaciones de Antamina, donde conoció el comedor, espacio donde se preparan aproximadamente 5.000 raciones diarias, entre desayuno, almuerzo y cena.

Aunque no se tengan datos actualizados, en 2014 la compañía Aramark especificó que los trabajadores mineros en el Perú demandaban una gran cantidad de alimentos y su consumo diario llegaba a los 4.5 kilogramos, cifra superior a los 3.5 kilogramos que en promedio consumen los trabajadores de otras industrias en el país.

Por su parte, Sodexo recomienda que la ingesta de calorías para un hombre de 30 a 60 años, de 75 Kg, 1.70 metro y que realice una actividad agotante como la minera, debe ser de 3.400 calorías al día; así, esta cantidad se repartiría de la siguiente manera: desayuno 15%, almuerzo 30%, cena 30% y colación de terreno 25%.

Oportunidades laborales

Trabajar en mina es uno de los retos más extenuantes del mundo, pero, a cambio, otorga beneficios a sus colaboradores, catapultándola como el mejor rubro que cumple con las expectativas.

De acuerdo a la encuesta “¿Dónde quiero trabajar?”, elaborada por Arellano Marketing, el 62% de personas está satisfecho laborando en la minería; asimismo, es el segundo sector (19%) más atractivo en términos de empleo.

Según el Ministerio de Energía y Minas (MEM), septiembre se convirtió en el periodo con mayor inclusión de hombres mineros, pues reclutó a 203.238 trabajadores, representando un incremento del 4% en el empleo respecto del mes anterior. El crecimiento de las oportunidades laborales se vincula al crecimiento de la inversión en infraestructura.

¿En qué zonas se suscitó este incremento? El MEM precisa que Arequipa captó 36.528 individuos (17,97% del mercado); seguida por Junín, con 18.102 (8,91%); La Libertad, con 17.363 (8,54%); Cajamarca, con 16.344 (8,04%) y Lima, con 16.209 (7,98%). Solo estas cinco regiones abarcaron la contratación de más del 50% de la fuerza minera en septiembre.

Una investigación del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP) estima que los empleos directos que genera la minería alcanzarían los 250.000 en el 2022, unos 80.000 nuevos puestos con respecto a los creados el año pasado; además, crearía 1,5 millones de empleos indirectos en ese mismo año, frente a los 1,1 millones generados en el 2016.

“Un amigo me explicó que en la industria peruana del café trabajan 200 mil personas, señalando que se trata de una actividad sostenible que contribuye a generar puestos de trabajo. De los 200.000 que mencionó, son formales el 10%. En cambio, los puestos de trabajo que genera la minería son 100% formales”, evocó -en el 2012- el Presidente del Directorio de Compañía de Minas de Buenaventura, Roque Benavides.

Jornadas estrictas

En el sector extractivo existen las jornadas atípicas, las cuales maximizan la presencia del trabajador en la empresa mediante regímenes diarios de trabajo consecutivos que, a la vez, abarcan la mayor parte de las horas del día, a cambio de gozar seguidamente de períodos de descanso que, igualmente, se prolonguen por varios días consecutivos.

En tal sentido, dependiendo del acuerdo con el empleador, los operarios pueden cumplir sus funciones entre ocho y 12 horas; sin embargo, se deberá velar por la integridad del individuo, pues el trabajo acumulado no puede implicar un riesgo en la vida o en la salud física o mental del trabajador.

En ese sentido, la minería tiene como un régimen laboral común el 14×7; es decir, 14 días de trabajo por siete de descanso; laborando 12 horas diarias, lo que se tiene son 168 horas trabajadas que son divididas entre 21 días, lo que da ocho horas diarias. En síntesis, no excede el límite diario de horas de trabajo y la jornada es totalmente legal.

Otro régimen es el del 4×3 (cuatro días de trabajo por tres de descanso), utilizado en vigilancia y jornadas más largas de 21×14 (21 de trabajo por 14  de descanso).

Para que los horarios sean legales no se debe transgredir las ocho horas, lo cual se obtiene en base a la suma de horas trabajadas en el período acordado, dividido entre el régimen.

De este modo, si se acuerda un período de 21×14 y con una jornada de 12 horas, los 21 días trabajados multiplicado por las 12 horas trabajadas, valor que luego se divide por el número de días del régimen, incluidos los días de descanso (21+14=35); el resultado será: (21×12)/35= 7,2 lo cual está dentro de un período menor a las ocho horas.

La experiencia de Buenaventura

Consultado sobre la importancia de esta fecha, Víctor Gobitz, Gerente General de Compañía de Minas Buenaventura, menciona que los colaboradores son el eje central de la empresa; por ello, sostiene que celebrar el “Día del Minero” es una forma de rendir un homenaje merecido a todos los que forman parte de la gran familia de Buenaventura.

“Con su entrega y esfuerzo permanente, nuestros colaboradores contribuyen con el crecimiento de la empresa y, desde luego, con el desarrollo de la minería en el Perú. Desde la Gerencia General, enviamos un saludo a todos ellos por el Día del Trabajador Minero, y, por supuesto, lo celebramos en todas las unidades y oficinas de Buenaventura”, comenta.

Entre las actividades por este especial momento, el ejecutivo señala que la firma extractiva organiza campeonatos deportivos, almuerzos de confraternidad, números artísticos y culturales; así como otras actividades de integración que se han vuelto ya una tradición. Aparte, entrega algunos presentes al personal.

En general, Buenaventura posee un programa integral de beneficios para los colaboradores y sus familiares. Este incluye, además de los beneficios de ley, una serie de convenios con empresas e instituciones de diferentes rubros como salud, nutrición, educación, recreación familiar y cultural, entre otros.

“Por ejemplo, tenemos un programa de alimentación con un amplio equipo de nutricionistas. También hay gimnasios, canchas deportivas, salas de juegos y servicios médicos permanentes en todas nuestras operaciones. Asimismo, hacemos esfuerzos para fortalecer los vínculos familiares en las ciudades donde residen nuestros colaboradores a través de talleres y visitas domiciliarias, entre otras actividades”, precisa.

Buenaventura concentra más de 15.000 personas, incluyendo empresas subsidiarias y contratistas, la mayoría de las cuales se encuentra en sus unidades mineras y proyectos. Esta fuerza laboral es permanentemente capacitada y ha ido creciendo en la medida que han aumentado sus operaciones y proyectos a lo largo de estos casi 65 años de historia.

“Nuestro eslogan es ‘Mineros peruanos trabajando por el país’, pues nuestra meta es poner en valor los recursos naturales para contribuir con el desarrollo del Perú. Y esto solo es posible con el respaldo de nuestros colaboradores, a quienes agradecemos por su permanente esfuerzo”, reflexiona Víctor Gobitz.

¿Cómo se llegó a interesar por la profesión minera? Víctor Gobitz menciona que cursó sus estudios escolares en el colegio italiano Antonio Raimondi y fue ahí donde empezó a apreciar la geografía y geología del Perú. Por último, cursando el quinto año de secundaria recibió una charla vocacional, dictada por un ingeniero de Minas afamado y ex-raimondino: el ingeniero Celso Sotomarino.

“Luego de esa charla no me quedó duda que estudiaría Ingeniería de Minas. A lo largo de estas casi tres décadas trabajando en el sector minero, una experiencia siempre grata es recibir el saludo de personas con las cuales tuve la oportunidad de compartir el trabajo de campo”, finaliza el connotado hombre de minas.

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