INTERNACIONAL. Perú y Chile tienen una situación geográfica privilegiada para la minería: ambos se encuentran a lo largo del Cinturón del Pacífico, lo que les permite tener un gran potencial geológico. Sin embargo, ha sido el segundo el que ha desarrollado su industria al punto de convertirse en un referente regional.
En este sentido, por ejemplo, el catastro de proyectos de inversión del sitioweb Portal Minero señala que la inversión total de proyectos actualmente activos en el sector minería en Chile, teniendo en cuenta todas las etapas de vida de un proyecto (desde etapa exploración hasta construcción), llega a los USD 69.295 millones. Cifra que toma en cuenta los proyectos con una certeza de ejecución posterior a 2020 llegando hasta 2021. Por su parte, en el caso de Perú, la inversión minera alcanza los USD 43.953 millones, teniendo en cuenta los mismos parámetros. Este cálculo contempla proyectos con una certeza de ejecución también posterior a 2020.
Analistas en el tema condicen en que, esta diferencia de desarrollo se debe a que además de la situación geográfica, el progreso de la industria en Chile ha permitido el nacimiento de una cultura minera, lo que se suma a una institucionalidad que se ha desarrollado en los últimos 70 años, pero con especial fuerza en los últimos 40 años.
Para Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de la empresa de monitoreo minero Plusmining, “en Chile hay algunos elementos muy favorables asociados al manejo de las concesiones mineras y que tiene que ver con la seguridad jurídica”. “Las concesiones mineras tienen un altísimo nivel de seguridad jurídica porque son amparadas por el Poder Judicial. No intervienen elementos administrativos”, explicó para el portal de La República.
Por su parte, Diego Hernández, presidente de la Sociedad Nacional de Minería de Chile (Sonami), indica que la clave del éxito chileno se ha debido “al marco institucional, jurídico, económico y político” del país, el que “ha sido un pilar fundamental para el desarrollo minero, debido a que ha generado confianza, estabilidad y seguridad, elementos claves para atraer inversión, especialmente en minería, cuyos proyectos se desarrollan en el largo plazo”.
“La legislación chilena combina armónicamente los intereses del país y las garantías que requieren los inversionistas para abordar proyectos que demandan cuantiosos montos, sofisticada tecnología y profesionales y técnicos de primer nivel. Somos un país confiable y esa condición se refleja en el flujo permanente de inversiones que concurren a Chile, en representación de los más importantes consorcios mineros del orbe que han establecido aquí su base de operaciones para América Latina”, señaló en la entrevista.
El caso peruano
Los analistas destacan el notable desarrollo que ha tenido la industria minera en Perú en los últimos años. Por ejemplo, señala Hernández, esto se puede ver graficado con el cobre. En el periodo 2007-2017 la producción del metal rojo tuvo un crecimiento explosivo, ya que se incrementó desde 1.190.000 toneladas a 2.445.000 toneladas, lo que representa un alza de 105%. Mientras que en Chile, durante el periodo 1990-2000 la producción se elevó desde 1.600.000 toneladas a 4.600.000 toneladas, es decir, un aumento de 188%.
Entre los desafíos de Perú se encuentra que no ha podido desplegar tan rápidamente toda la lista de proyectos que tiene. “Los elementos de relaciones con las comunidades han sido los más complejos de abordar. Por su ubicación, Perú tiene una mayor interacción con comunidades agrícolas. Por otro lado, necesita un desarrollo de infraestructura más potente”, dice Guajardo.
Por su parte, Hernández señala que “considerando el exitoso modelo de desarrollo de la minería peruana, se debería perseverar en aquellas políticas públicas que han permitido este logro y junto con ello, trabajar con mayor fuerza por una minería sustentable”.