Luego de dos meses de paralización, el sector minero se dispone a reiniciar sus operaciones progresivamente con el propósito de recuperar su producción, que tuvo una caída de alrededor del 80%, la cual le restará unos US $ 4.000 a US $ 5,000 millones a sus ingresos anuales.
Esta primera fase será encabezada por alrededor de 50 unidades de producción de gran minería, cuya ventaja principal es ser una industria intensiva en capital. Es decir, que requiere de más equipos y máquinas en vez de mano de obra.
Esta característica sumada a los atributos de la minería (operaciones remotas, sistemas rotativos y altos protocolos de seguridad industrial y salud ocupacional) se complementarán con los estrictos protocolos seleccionados por el Minsa y el Minem para controlar el cuidado de nuestros trabajadores.
En esta fase entraría en operación el 95% de la producción de cobre y más del 50% del oro, principales componentes del PBI minero. Se espera que en el tercer trimestre nuestra minería pueda alcanzar su plena capacidad, con la suma de la mediana y pequeña minería.
Recordemos que nuestra minería representa el 60% de nuestras exportaciones y más del 12% del PBI nacional, y será vital para la recuperación de nuestra economía y los desafíos que tiene el país en esta coyuntura.
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(BQO)