El especialista señaló que algunos de los pedidos, en la Cumbre Nacional de Minería Artesanal, fueron un proceso de formalización permanente y un régimen laboral similar al del sector agrario antes de la reforma.
La cumbre nacional de minería artesanal reunió a 10 mil mineros el fin de semana pasado en Chala, Arequipa, sostuvo Pablo O’brien, especialista en recursos naturales y gestión social.
«Este es uno de los temas centrales, la minería informal e ilegal está presente en las 25 regiones del Perú, ha comenzado a cambiar estructuras sociales comunales y están fuertemente presentes en la política», dijo.
El principal pedido de los mineros artesanales reunidos allí es que se acabe la persecución contra ellos y que el proceso de formalización sea permanente.
«Y el otro tema es el de las concesiones. ellos quieren que se les dé en las zonas donde ya están trabajando (han invadido e invertido dinero) y aquí hay un conflicto porque son de otras personas. Porque para formalizarte necesitas que el dueño de la concesión te dé un contrato para que puedas hacer minería y aquí hay un problema serio», comentó.
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O’Brien señaló que se deben buscar soluciones inteligentes para frenar la minería que ejerce fuera de la ley. Así, por ejemplo, cuestionó que el Estado no sabe cuántas plantas de procesamiento existen en el país.
«Hay que controlar las plantas de producción cuyos permisos son otorgados por los gobiernos regionales y Sunat empieza a intervenir. Finalmente quienes financian a los mineros son las plantas», mencionó.
Añadió que en el evento los mineros artesanales solicitaron un régimen laboral similar al que tenía el sector agricultura antes de la reforma agraria.
«Lo cual revela que son en realidad pequeños capitalistas, pero donde no quiero regulación laboral, ambiental, pero sí quiero seguir en esta actividad económica y aquí hay una oportunidad de negociación por parte del Estado», sostuvo.
