El gobierno australiano avanza en la implementación de una reserva de minerales críticos valuada en 1.200 millones de dólares australianos, en medio de apoyo moderado y preocupaciones persistentes por parte de productores de litio y tierras raras. Anunciada en abril y prevista para operar desde julio de 2026, la iniciativa busca reforzar la seguridad de suministro para Australia y sus aliados, estableciendo reservas estratégicas de ciertos minerales clave.
Lynas Rare Earths, el único productor australiano de neodimio-praseodimio, fue uno de los primeros en expresar reservas. Su directora ejecutiva, Amanda Lacaze, advirtió que el programa “podría distorsionar los precios y perjudicar a los productores nacionales”. En respuesta, la ministra de Recursos, Madeleine King, defendió el plan: “Ha sido interesante, por decir lo menos, ver a algunos comentaristas afirmar que el gobierno distorsionará los precios del mercado cuando estos mercados no funcionan correctamente en primer lugar”.
King explicó que la participación en la reserva será voluntaria y que se priorizarán acuerdos de compraventa estratégicos en lugar de acumular grandes volúmenes sin destino claro. “Los acuerdos de compraventa tienen como objetivo asegurar el suministro de minerales prioritarios por razones estratégicas”, indicó. Añadió que, además de garantizar flujo de caja para el gobierno, el esquema podría dar certeza a los productores para asegurar financiamiento o escalar operaciones.
Sin embargo, las dudas persisten, especialmente desde el sector del litio. Ivan Vella, CEO de IGO Ltd., recordó experiencias negativas de políticas similares: “Estoy seguro de que el gobierno está reflexionando profundamente, porque las cosas pueden salir mal”. Alertó que el modelo solo será eficaz si está acompañado de alianzas globales y una cadena de valor completa. “Acumular minerales que aún deben enviarse a China para su procesamiento no es la solución”, agregó.
La reserva de minerales críticos incluirá productos seleccionados según condiciones de mercado, criterios estratégicos y la retroalimentación del sector privado. Un grupo de trabajo mixto entre gobierno e industria será el encargado de definir los detalles operativos, como estructura de precios y puntos de almacenamiento.