El precio del oro al contado escaló un 2,6% este lunes y alcanzó los USD 3.377 por onza, marcando su punto más alto desde la primera semana de mayo. El repunte se atribuye a un entorno de creciente incertidumbre económica y tensiones geopolíticas que llevaron a los inversionistas a buscar activos refugio. Los futuros del oro en Nueva York también reflejaron este optimismo, cotizando por encima de los USD 3.400 la onza.
La depreciación del dólar estadounidense, que retrocedió 0,6% frente a otras divisas, fue otro de los factores que fortaleció la demanda por oro, al hacerlo más accesible para compradores internacionales. En paralelo, las bolsas registraron pérdidas en medio de un escenario marcado por nuevas fricciones comerciales entre Washington y Pekín.
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Los mercados financieros también están atentos a la publicación de un informe clave sobre empleo en Estados Unidos, que podría influir en las decisiones de política monetaria de la Reserva Federal. Este contexto ha reforzado la percepción del oro como un valor seguro frente a posibles turbulencias.
Con los inversores ajustando sus carteras ante señales mixtas del mercado global, el metal precioso vuelve a consolidarse como una opción sólida en tiempos de volatilidad. El comportamiento del oro en los próximos días dependerá en gran medida de los datos económicos venideros y de la evolución del conflicto comercial entre las dos principales economías del mundo.