El Estado prepara una nueva licitación para garantizar la irrigación en Lambayeque con el proyecto Olmos, clave para la agroindustria y minería del norte del país.
El futuro del proyecto de irrigación Olmos, ubicado en Lambayeque, entra en una etapa crítica. Con la caducidad del contrato con la Concesionaria Trasvase Olmos (CTO), encabezada por Novonor (antes Odebrecht), el Estado peruano, a través de ProInversión, el Midagri y el Gobierno Regional, impulsa una nueva licitación internacional para evitar una paralización. De momento, se prevé una operación transitoria hasta 2026, mientras se adjudica la concesión definitiva bajo una nueva Asociación Público Privada (APP).
El gobernador regional Jorge Pérez explicó ante el Congreso que la empresa actual permanecerá por un plazo limitado para garantizar la salida ordenada del proyecto. “Gracias al entendimiento con ProInversión y el Midagri, (se acordó) para la ampliación del contrato. Pero, no para decir que se quedará la empresa, es para que salga de manera ordenada”, afirmó. Mientras tanto, nuevas empresas de origen chino, francés y mexicano ya han manifestado su interés formal en asumir el megaproyecto, fundamental para la seguridad hídrica y agrícola del norte.
Según AGAP, lo que está en juego es significativo: más de US$ 4,000 millones en inversiones agrarias privadas y más de 70,000 empleos formales directos dependen del funcionamiento continuo de Olmos.
El presidente del gremio, Gabriel Amaro, advirtió que la falta de una transición eficaz afectaría también a la agroexportación, que ya supera los US$ 12,000 millones anuales. Además, advirtió que será clave atender la infraestructura colapsada y ejecutar obras complementarias como la elevación de la presa Limón, la reforestación de la cuenca y mejoras en las tomas de agua.
El proyecto Olmos tiene un rol estratégico no solo en la agricultura, sino también en el suministro hídrico que puede habilitar nuevos desarrollos en minería y energía en la región norte del país. La experiencia internacional demuestra que grandes iniciativas de riego pueden sentar bases para futuros polos industriales. Por ello, la licitación planificada por ProInversión y el MEF apunta a atraer operadores con experiencia técnica, solvencia financiera y un enfoque integral que combine desarrollo agrícola, infraestructura resiliente y sostenibilidad hídrica a largo plazo.