A pesar de los desafíos, el Perú ha demostrado capacidad para ejecutar proyectos de gran escala.
Durante su participación en el foro LOGISTIMIN, desarrollado en el marco del Expo Mineros y Proveedores – MINPRO 2025, Benjamín Quijandría, director ejecutivo de SAMMI – Clúster Minero Andino, remarcó la urgente necesidad de cerrar la brecha de infraestructura del país para mejorar su competitividad y capacidad de atraer inversiones sostenibles. Con una visión que trasciende al sector minero, Quijandría presentó un diagnóstico basado en cifras contundentes que revelan una debilidad estructural crítica para el desarrollo económico del Perú.
Según expuso, el ranking 2025 del IMD ubica al Perú en el puesto 60 de 69 países, con una caída acumulada de 20 posiciones en los últimos 15 años. En el pilar de infraestructura, el país figura en el puesto 63, lo que refleja una condición alarmante. «Los países compiten por atraer inversión, comercio y turismo, y para eso se necesita infraestructura. No solo hablamos de una urgencia sectorial, sino de una necesidad país», afirmó Quijandría.
La Asociación para el Fomento de la Infraestructura Nacional (AFIN) estima una brecha de USD 160.000 millones para equiparar los estándares de naciones como Japón o Singapur. Por su parte, el Banco Interamericano de Desarrollo calcula un déficit de USD 135.000 millones a corto plazo al 2038. En ambos casos, el sector transporte concentra entre el 40% y 44% de la demanda no atendida.
Frente a este escenario, el Plan Nacional de Infraestructura para la Competitividad (PNIC), lanzado en 2019, ha sido una herramienta clave. La cartera actual comprende 72 proyectos por S/185 mil millones, pero presenta un estado de avance de solo 20%, según el último reporte. Entre los principales obstáculos figuran retrasos en la aprobación de expedientes técnicos, conflictos sociales, demoras en la adjudicación y hasta 142 meses de espera entre el encargo de inversión y la firma de contratos en sectores como transporte.
También puedes leer: Ruedas de negocios en MINPRO 2025 proyecta negocios por US$100 millones
A pesar de los desafíos, el Perú ha demostrado capacidad para ejecutar proyectos de gran escala. El Puerto de Chancay, que acaba de iniciar operaciones con una inversión superior a USD 1.300 millones, se perfila como un punto de inflexión para el comercio internacional. Junto a él, el nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, con una inversión de USD 2.400 millones, triplica la capacidad del anterior terminal. En conjunto, estos proyectos podrían aportar hasta dos puntos al PBI nacional.
Quijandría también destacó el potencial de obras que se ejecutarán en los próximos años, como las líneas 2, 3 y 4 del Metro de Lima, el Aeropuerto de Chinchero, la Nueva Carretera Central, el Anillo Vial Periférico y un corredor ferroviario costero de 2.500 km, los cuales tendrán un impacto decisivo en la competitividad logística nacional.
“Más allá del análisis crítico, hemos demostrado que el Perú tiene la capacidad de sacar adelante megaproyectos. El reto está en resolver los cuellos de botella institucionales que hoy impiden avanzar con mayor velocidad y eficiencia”, concluyó Quijandría. Su ponencia dejó en claro que cerrar la brecha de infraestructura no es solo una meta técnica, sino un imperativo económico para impulsar el desarrollo y consolidar al Perú como destino atractivo para la inversión internacional.