Madre de Dios concentra el mayor daño por minería ilegal, afectando a comunidades indígenas como San José de Karene, que perdió más de un tercio de su territorio.
La minería ilegal de oro continúa siendo una amenaza crítica para la Amazonía peruana. En 2024, esta actividad provocó la deforestación de 6,020 hectáreas, según el informe más reciente del proyecto MAAP (Monitoring of the Andean Amazon Project). Aunque esta cifra representa una caída del 46 % frente a 2023, la pérdida acumulada desde 2018 ya supera las 141,000 hectáreas, con especial impacto en Madre de Dios.
El estudio, basado en imágenes satelitales analizadas mediante la herramienta Amazon Mining Watch (AMW), reveló que el 36 % de la minería aurífera ocurre en territorios indígenas o áreas protegidas. En Perú, las comunidades de San José de Karene, Barranco Chico y Kotsimba han sido severamente afectadas, siendo la primera la más golpeada: ha perdido más de un tercio de su superficie por la expansión minera.
Frente a esta situación, la organización indígena FENAMAD ha emprendido acciones legales y coordinado operativos de interdicción junto al gobierno. Entre 2022 y 2024 se realizaron al menos cinco operaciones en el Corredor Minero. Sin embargo, la presión sobre el territorio persiste, impulsada por la cotización del oro, que superó los US$ 3,000 por onza en abril de 2025.
El informe también destaca la utilidad de AMW, una plataforma de monitoreo satelital impulsada por Conservación Amazónica, Earth Genome y el Centro Pulitzer. Esta herramienta emplea inteligencia artificial para detectar huellas de minería ilegal en tiempo real en los nueve países amazónicos. Solo en 2024 se identificó una deforestación minera de 111,603 hectáreas en la región, siendo Perú el quinto país más afectado.