La canadiense Lundin Mining apunta a consolidar el distrito binacional Vicuña como una de las mayores zonas productoras de cobre, oro y plata del mundo.
Tras abandonar su intento en Mendoza en 2007 por el bloqueo judicial de Danone al proyecto Paramillos Sur, Lundin Mining reorientó su estrategia hacia el distrito andino de Vicuña, que cruza San Juan y el norte de Chile. Hoy, con operaciones como Candelaria y Caserones, la firma consolida su presencia en el lado chileno de la cordillera, mientras impulsa megaproyectos como Josemaría y Filo del Sol en suelo argentino.
La compañía busca posicionarse entre los 10 mayores productores globales de cobre con una meta de 500.000 toneladas anuales del mineral rojo y más de 550.000 onzas de oro, gracias a un plan de inversiones por US$800 millones para 2025. En paralelo, alista un estudio conjunto para el primer trimestre de 2026, con miras a una expansión integrada entre ambos países.
El enfoque de Lundin apunta a transformar el distrito Vicuña en un ecosistema minero binacional, con potencial de convertirse en uno de los polos más relevantes de cobre, oro y plata del planeta. Este avance no solo responde a una estrategia de diversificación geográfica, sino también a una visión de largo plazo en medio de la creciente demanda global de minerales críticos.
Mientras en Argentina se debate la soberanía laboral por el posible ingreso de trabajadores chilenos al proyecto Filo del Sol, en Chile las sinergias operativas se perfilan como una oportunidad para el liderazgo regional en minería.