Trump invitó a los líderes de Gabón, Guinea-Bissau, Liberia, Mauritania y Senegal a una cumbre de tres días en la Casa Blanca.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene previsto reunirse esta semana con los líderes de cinco naciones africanas que potencialmente ofrecerán a las empresas estadounidenses oportunidades en minerales críticos y otros recursos naturales.
Trump invitó a los líderes de Gabón, Guinea-Bissau, Liberia, Mauritania y Senegal a una cumbre de tres días en la Casa Blanca que está previsto que comience el miércoles.
Los cinco se encuentran entre las economías más pequeñas de África, con un producto interno bruto combinado de tan solo unos US$ 75 000 millones, según el Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, son ricos en minerales y tienen el potencial de producir mucho más de lo que producen actualmente.
Notablemente ausentes de la reunión están los líderes de las mayores economías de África, incluida Sudáfrica, que enfrenta la introducción de un arancel recíproco del 30 % por parte de la administración Trump, y Nigeria, el mayor productor de petróleo del continente.
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Antes de las conversaciones, el gobierno de Liberia anunció la firma de un acuerdo de US$ 1.800 millones con Ivanhoe Atlantic Inc., empresa mayoritariamente propiedad de Robert Friedland, presidente de Ivanhoe Mines Ltd. El acuerdo permitirá a la minera estadounidense rehabilitar y utilizar la infraestructura ferroviaria del país para transportar mineral de hierro desde la vecina Guinea para su exportación.
La nación centroafricana de Gabón, el segundo mayor productor mundial de manganeso (que se utiliza para endurecer productos de acero), espera discutir posibles inversiones en su industria minera, dijo el embajador de Gabón en Estados Unidos, Noël Nelson Messone, en una entrevista.
“El presidente de la República desea que los recursos naturales de Gabón se procesen localmente para añadir valor a la economía, diversificarla y crear empleos”, afirmó.
Cuatro de estos países, excluyendo a Gabón, se encuentran en la periferia de la inestable región del Sahel y podrían ofrecer oportunidades de cooperación en materia de seguridad en una zona asolada por una década de insurgencia islamista y golpes militares en los últimos años. Su importancia ha cobrado mayor importancia tras el cierre forzado de Estados Unidos de su base de drones en Níger el año pasado, lo que ha tensado las relaciones con Burkina Faso, Malí y Chad, que puso fin a un acuerdo de seguridad con Estados Unidos en abril de 2024.