Este trabajo tiene una importancia estratégica para la minería, ya que el cuadrángulo de San Antonio forma parte de la Franja Metalogenética XXI, una de las zonas más relevantes para la exploración de minerales en el país.
El Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico (Ingemmet) culminó la actualización del mapa geológico del cuadrángulo de San Antonio, ubicado en la frontera norte del Perú, entre las provincias de Huancabamba (Piura) y San Ignacio (Cajamarca). Este trabajo representa un avance significativo para el desarrollo de la exploración minera y la gestión sostenible del territorio.
La actualización, realizada en el marco del programa de la Carta Geológica Nacional a escala 1:50,000, fue desarrollada en coordinación con el Instituto de Investigación Geológica Energética (IIGE) de Ecuador. Gracias a ello, ahora es posible empalmar los mapas geológicos peruanos con los cuadrángulos Las Aradas y Zumba del lado ecuatoriano, mejorando la comprensión de los sistemas geológicos compartidos y fortaleciendo la cooperación geocientífica binacional.
El área estudiada, de alta complejidad geológica, presenta rocas que datan desde el Paleozoico hasta el Cuaternario, fallas, pliegues y tres grandes eventos magmáticos. Entre los hallazgos más relevantes destaca la redefinición del Complejo Metamórfico de Olmos, que ahora se reconoce como una sola unidad con distintos grados de metamorfismo y deformación, corrigiendo errores de mapeos anteriores.
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Este trabajo tiene una importancia estratégica para la minería, ya que el cuadrángulo de San Antonio forma parte de la Franja Metalogenética XXI, una de las zonas más relevantes para la exploración de minerales en el país. En esta franja se encuentra el proyecto Río Blanco, uno de los mayores yacimientos de cobre y molibdeno del Perú.
Los nuevos datos servirán como base para geólogos, exploradores y autoridades en la planificación del uso del territorio, la conservación de ecosistemas y la identificación de zonas con potencial económico, ambiental o geológico. De esta manera, el Ingemmet reafirma el rol de la geociencia como herramienta para el desarrollo sostenible y la integración regional.