La operación, que busca crear un gigante minero centrado en el cobre, será evaluada bajo la Ley de Inversiones de Canadá. El gobierno endureció su postura frente a inversiones extranjeras en minerales críticos tras rechazar la oferta de Glencore en 2023.
La fusión entre Anglo American y Teck Resources enfrenta su mayor obstáculo en Canadá, donde el gobierno analizará la transacción en el marco de la Ley de Inversiones de Canadá.
De acuerdo con James Whiteside, director de investigación de Wood Mackenzie, el riesgo regulatorio es significativo, pues el ministro de Industria deberá confirmar que la operación se alinea con los intereses económicos y de seguridad nacional.
La advertencia surge tras la decisión del gobierno canadiense de bloquear en 2023 la propuesta de Glencore por US$ 23,000 millones para adquirir Teck. Aunque posteriormente se permitió la compra de Elk Valley Resources, el ministro de Innovación, Ciencia y Desarrollo Económico, François-Philippe Champagne, estableció que las inversiones extranjeras en compañías canadienses ligadas a minerales críticos solo se aprobarán en circunstancias excepcionales.
¿Qué propone Anglo para asegurar respaldo político?
Consciente del alto nivel de escrutinio, Anglo American ha presentado una serie de compromisos para asegurar la aprobación del gobierno canadiense: instalar una sede en Vancouver, listar sus acciones en la Bolsa de Toronto (TSX), nombrar directores canadienses en su directorio y establecer puestos de alta dirección en el país.
Asimismo, la compañía resaltó el impacto económico positivo del acuerdo, incluyendo nuevas inversiones en Highland Valley Copper, uno de los activos más importantes de Teck en Canadá.
¿Dónde radica el atractivo para los inversionistas?
Más allá de las sinergias operativas, analistas sostienen que el mayor beneficio de la fusión podría darse a través de una “recalificación” del mercado.
La operación permitiría a Anglo avanzar en su estrategia hacia materias primas de mayor margen, mientras que Teck accedería a una cartera cuprífera más amplia. La gerencia confía en que una exposición más fuerte al cobre, junto con un sólido potencial de crecimiento, incremente el múltiplo de valoración de la compañía fusionada.
Según los términos del acuerdo, los accionistas de Anglo controlarán el 62,4% de la nueva entidad, mientras que los de Teck tendrán el 37,6%. Además, Anglo pagará un dividendo extraordinario de US$ 4,500 millones al cierre de la operación para reforzar su balance general.