MINERÍA. IIMP: Estas son las 4 olas que marcarán el destino de la minería peruana en 2018. En 2017, la minería nacional se ha desenvuelto en un clima de recuperación de inversiones, crecimiento de la producción y mayores exportaciones hacia las economías más influyentes del mundo. Saber si esta positiva senda continuará en el próximo año es una de los enigmas del sector. Por ello, el presidente de Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), Víctor Gobitz, voz autorizada de la industria extractiva, aclaró el panorama de la minería para el 2018.
Según el ingeniero, cuatro tendencias marcarán el ritmo de la actividad en 2018: inversión en exploraciones para ganar reservas en el futuro de las actuales operaciones; inversión para mejorar la infraestructura de las operaciones existentes, a fin de incrementar la eficiencia; crecimiento productivo de las operaciones con costos marginales, a partir de la identificación de cuellos de botella; y, finalmente, el desarrollo de nuevos proyectos mineros.
«Todas las empresas mineras tienen en su portafolio proyectos por desarrollar. Si el ambiente de precios y acuerdos sociales, si la velocidad con la cual se obtienen los permisos se acelera, permitiría desarrollar a plenitud esta cuarta ola que, en términos generales, se habla de un portafolio entre 50 mil a 60 mil millones de dólares. El Gobierno, empresas, gremios profesionales y academia debemos trabajar en el desarrollo de estas cuatro grandes olas», mencionó en entrevista exclusiva con Rumbo Minero.
Avances en 2017 y perspectivas
Víctor Gobitz destacó que en el presente año, el sector tuvo un entorno favorable de precios de los metales, tales como el crecimiento del cobre en 20%, el zinc con 14%, el oro y la plata con 8%. La cotización mundial de los commodities —argumentó— ayudó a incrementar las inversiones en la industria, por lo que estima que, al cierre del 2017, la inversión minera gane un 10% más que el año anterior, alcanzando los 5,000 millones de dólares en exploración y mejoras tecnológicas en operaciones para una mayor eficiencia.
«En adelante, este efecto de entorno nos debe permitir, no solamente la optimización de operaciones, sino también comenzar a mirar la ampliación de operaciones y un importante efecto, que deberíamos ver en los siguientes años, es el desarrollo de nuevos proyectos como Quellaveco, Corani y Mina Justa. En general, somos optimistas, pues el Perú es un país con tremendo potencial geológico», declaró para Rumbo Minero.
Desafíos a resolver
Respecto a los principales retos para la industria, el ejecutivo detalló que existen dos grandes desafíos: trámites administrativos para obtener licencias ambientales, de operación y construcción de infraestructura. En ese sentido, reveló que el Perú ha crecido en el número de trámites que requiere la minería, y también en el número de instancias administrativas, diferentes al MEM, que se encargan de aprobar los respectivos permisos.
«Hace años, el 100% de los trámites se hacía en el Ministerio de Energía y Minas. Estimamos que hoy entre el 10 y 15 por ciento de los trámites, que la industria minera necesita, se hace en el MEM», especificó. Seguidamente, el experto sostuvo que el segundo gran desafío es el difícil acceso a terrenos superficiales, pertenecientes a comunidades campesinas, para el desarrollo de la minería en zonas altoandinas.
«Por lo general, es un tema no normado, no hay ninguna regulación al respecto y, por lo tanto, no hay predictibilidad en cuanto al tiempo y el costo que uno tiene que incurrir para llegar a un acuerdo. Esa falta de predictibilidad nos resta competitividad como país. En ese aspecto, el Estado debe tener un sistema transparente donde se compartan las mejores prácticas y buenas experiencias, de manera tal que las expectativas de las dos partes involucradas se acorten y los plazos sean más breves», analizó.
Prioridades de Buenaventura
En otro momento de la conversación, el también gerente general de Buenaventura, adelantó que las prioridades de la empresa minera para el año 2018 es el desarrollo de un programa de exploraciones «bastante agresivo», que representa casi un incremento del 20% respecto al año anterior, a fin de incrementar las reservas y la vida útil de las unidades mineras. A ello se suman otros dos proyectos en camino.
«Tenemos también un segundo programa, al que le estamos llamando Eliminación de Cuellos de Botella, que básicamente trata de elevar la eficiencia de todas las operaciones mineras. Y tenemos un tercer programa, ya en marcha, para lograr que nuestro portafolio de proyectos de crecimiento (greenfields) logren madurar de manera sistemática. En líneas generales, [En estos tres programas] prevemos un incremento de la inversión del 20 al 25 por ciento», aseveró.
Objetivo Michiquillay
El representante de Buenaventura respondió que la compañía ha estudiado el proyecto cuprífero Michiquillay (Cajamarca), muy cercano a las operaciones de Yanacocha y del proyecto Conga, del cual es accionista. En ese sentido, manifestó que hasta el momento la empresa no ha tomado una decisión para participar en la subasta adjudicatoria de Michiquillay, a concretarse este miércoles 20 de diciembre.
«En general, creemos que el tema social en Cajamarca esperamos que mejore, que sea mucho más claro ese apoyo de las comunidades campesinas. Lo que se tienen al día de hoy son declaraciones de buenas intenciones y para el desarrollo de un proyecto minero, de la magnitud de Michiquillay, la verdad es que se requiere más que eso», finalizó.
(JPC)
