La infraestructura sigue siendo el principal reto, con necesidades de nuevas rutas, líneas eléctricas de alta tensión y acceso a ferrocarriles.
Argentina posee proyectos de cobre de clase mundial que podrían posicionarla entre los 10 principales productores globales y transformar su matriz económica. Sin embargo, su desarrollo enfrenta serias limitaciones en infraestructura, desde caminos y redes eléctricas hasta ferrocarriles, debido a que las minas se ubican a gran altura en la cordillera de los Andes, en la frontera con Chile.
“¿Tenemos problemas de infraestructura? Sí, claramente. Ahora hay que armar una estrategia”, señaló Roberto Cacciola, presidente de la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM), quien subrayó que, aunque el Estado no destine fondos directos, sigue teniendo responsabilidad para viabilizar los proyectos.
En un contexto de mayor estabilidad macroeconómica y tras la aprobación del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), el Gobierno de Javier Milei busca atraer capitales para obras de más de US$ 200 millones. No obstante, el ajuste fiscal impulsado por el Ejecutivo ha frenado obras clave, como el mantenimiento de rutas esenciales para la minería y la agroindustria, lo que ha generado tensiones con empresarios y gobernadores.
En la II Conferencia Internacional Argentina Cobre, el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, reclamó al Gobierno nacional conectividad, rutas, acueductos y gasoductos para permitir que el país pase de tener minerales a ser un verdadero país minero.
¿Qué proyectos mineros de cobre hay en Argentina?
Actualmente, Argentina no produce cobre desde el cierre de la mina Alumbrera en 2018, pero si los principales proyectos alcanzan plena capacidad, la producción podría llegar a 521.000 toneladas anuales hacia 2030, generando exportaciones por hasta US$ 11.200 millones en 2033. Según la consultora CRU, el país podría suplir el 16% del déficit global del metal hacia 2035, impulsado por la demanda de la electromovilidad.
Entre los proyectos más relevantes destacan Josemaría y Filo del Sol (Vicuña, de BHP y Lundin Mining), Los Azules (McEwen Mining), El Pachón (Glencore) y Altar (Aldebaran Resources), concentrados principalmente en San Juan. Sin embargo, hasta llegar a la producción requerirán inversiones por unos US$ 25.000 millones.
La infraestructura sigue siendo el principal reto, con necesidades de nuevas rutas, líneas eléctricas de alta tensión y acceso a ferrocarriles. El Gobierno evalúa alternativas como la privatización del tren Belgrano Cargas o el uso de puertos chilenos, aunque estos últimos no están preparados para manejar el volumen esperado.
Para Cacciola y otros referentes del sector, la clave está en contar con reglas de juego claras, seguridad jurídica y acuerdos público-privados que permitan acelerar las inversiones y convertir el potencial geológico en uno de los pilares económicos del país.
FUENTE: REUTERS