La demanda de gas se disparó un 25 % por las bajas temperaturas. El gobierno prioriza hogares y recorta exportaciones a Chile
Una ola de frío polar sin precedentes puso en jaque el sistema energético argentino, provocando restricciones en el suministro de gas natural en siete regiones del país. La situación obligó al Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) a activar de urgencia el Comité Ejecutivo de Emergencia, en coordinación con la Secretaría de Energía, ante el desborde de la demanda.
Según estimaciones oficiales, el consumo superó los 100 millones de metros cúbicos diarios, un 25 % más que el mismo periodo del año anterior. Como medida inmediata, se interrumpió el suministro a contratos firmes de GNC e industrias en zonas como Buenos Aires Norte, Centro Norte, Litoral, Noroeste, Cuyo y el sur del país, mientras que en el resto del territorio se restringió el servicio a contratos interrumpibles y se redujo a mínimos técnicos incluso en acuerdos firmes.
El impacto también alcanzó al Área Metropolitana de Buenos Aires, donde unos 100 mil usuarios quedaron sin electricidad debido al colapso de usinas generadoras que debieron cambiar gas por combustibles líquidos. En paralelo, se decidió reducir las exportaciones de gas a Chile para asegurar el abastecimiento residencial.
La situación se agravó por problemas de inyección de gas desde yacimientos de Vaca Muerta, que afectaron la operatividad del sistema. Camuzzi, la empresa encargada de la distribución en varias provincias, reconoció fallas operativas que impidieron mantener la presión adecuada en los gasoductos, generando cortes en zonas como San Martín de los Andes, El Bolsón y Lago Puelo.