La fusión entre ambas mineras contempla integrar Quebrada Blanca y Collahuasi en Chile, lo que podría crear el mayor complejo cuprífero del mundo. Sin embargo, los problemas técnicos y de gobernanza amenazan el ambicioso plan.
En el corazón de la operación se encuentra Quebrada Blanca (QB), el proyecto de crecimiento más importante de Teck Resources. Sin embargo, su ejecución ha estado marcada por sobrecostos superiores al 80%, retrasos de años y fallas técnicas en el tajo, la planta y la infraestructura de embarque.
Estos problemas llevaron a la compañía a recortar sus previsiones de producción y posponer decisiones sobre nuevas expansiones. Incluso los sindicatos han manifestado preocupación, debido a que la lenta puesta en marcha ha reducido las primas ligadas a los niveles de producción.
¿Qué beneficios traería la integración con Collahuasi?
El plan de integración contempla construir una faja transportadora de 15 kilómetros que lleve mineral de alta ley desde Collahuasi a las plantas de QB. Según estimaciones de ambas mineras, esta sinergia podría elevar el Ebitda anual en US$ 1.400 millones, además de sumar US$ 800 millones en ahorros de costos por compras y funciones corporativas.
La consultora CRU Group calcula que la producción combinada podría superar el millón de toneladas de cobre al año hacia inicios de la década de 2030, posicionando al complejo por encima de Escondida (BHP) como la mina de cobre más grande del mundo.
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Gobernanza compleja y dudas de inversionistas
El atractivo económico contrasta con la complejidad de las estructuras accionarias. Collahuasi pertenece a Anglo y Glencore (44% cada una) junto a un consorcio liderado por Mitsui (12%). En QB, Teck es mayoritario, pero Sumitomo Metal Mining y Sumitomo Corp. controlan el 30%, y Codelco, el 10%.
Expertos advierten que la multiplicidad de socios puede ralentizar los acuerdos. A ello se suma el temor de algunos accionistas de Teck, quienes cuestionan que la empresa ceda el control de un activo estratégico en un momento de debilidad operativa.
Un proyecto clave para la transición energética
Si bien los desafíos técnicos y de gobernanza son significativos, la magnitud del beneficio potencial convierte a la integración QB-Collahuasi en un proyecto estratégico para la oferta global de cobre, metal esencial para la transición energética.
En un contexto donde las grandes operaciones enfrentan retrasos y sobrecostos —como sucedió con Quellaveco en Perú—, la industria cuprífera ve en este plan la oportunidad de maximizar sinergias con inversiones relativamente menores.
Como resume un analista de la industria: “Es el tipo de acuerdo que el sector ha promovido durante décadas; complejo de ejecutar, pero capaz de redefinir el mapa global del cobre”.