La modernización eléctrica requiere no solo energías limpias, sino también infraestructura de transmisión confiable y con estándares más altos.
La electrificación en Chile avanza con fuerza gracias al transporte público eléctrico, la masificación de paneles solares y el crecimiento sostenido de las energías limpias. Este proceso, sin embargo, plantea un desafío esencial: asegurar que la red eléctrica sea segura, confiable y resiliente. La discusión suele centrarse en la generación a través de parques solares, eólicos o hidráulicos, pero rara vez se pone atención en los cables, un actor fundamental para que la energía llegue a hospitales, metros, aeropuertos, industrias y hogares.
La seguridad eléctrica es un aspecto crítico en este escenario. El riesgo de incendios por sobrecalentamiento o propagación de fuego en instalaciones clave demanda estándares más estrictos y productos certificados. En ese sentido, COVISA impulsa cables fabricados 100% con energía renovable y con resistencia al fuego categoría A, bajo normativa europea, con el objetivo de elevar los niveles de seguridad eléctrica en el país.
El desafío no se limita a la innovación tecnológica, sino también al control del mercado. El ingreso de cables fuera de norma continúa siendo una amenaza latente: aunque son más baratos en el corto plazo, representan un riesgo elevado para la seguridad de las personas y la continuidad del suministro. Frente a ello, la responsabilidad recae en el Estado, los instaladores y también en los consumidores, quienes deben exigir calidad y certificación.
¿Por qué los cables son clave en la transición energética chilena?
Chile cuenta con la oportunidad de liderar la transición energética en la región si logra integrar generación limpia con infraestructura de calidad. Esto implica que hablar del futuro eléctrico del país no es solo hablar de energía solar o eólica, sino también de cómo esa energía circula de manera segura y sostenible. Apostar por cables certificados y fabricados con energías renovables es, en definitiva, garantizar una red moderna que acompañe la transformación energética en curso.