La propiedad Jiguatá, ubicada al norte de Chile, se desarrollará en paralelo con los proyectos de la compañía: La Higuera y Chiricuto.
Tribeca Resources Corporation anunció la firma de una carta de intención con proveedores privados para adquirir el 100 % de participación en una propiedad chilena de 10.000 hectáreas durante un período de 5 años.
La propiedad Jiguatá, ubicada a 120 km al norte de las minas Collahuasi y Quebrada Blanca, controladas por importantes compañías mineras, se desarrollará en paralelo con los dos proyectos existentes de la compañía: La Higuera y Chiricuto.
Al respecto, el director ejecutivo de Tribeca Resources, Dr. Paul Gow, comentó: «se trata de un extenso sistema de alteración en el norte de Chile, un distrito que alberga depósitos de pórfido cuprífero de clase mundial».
«Si bien el proyecto se encuentra a una altitud aproximada de 4.400 metros, el excelente acceso e infraestructura, junto con el invierno relativamente benigno en esta latitud tan septentrional, facilitan el acceso para la exploración durante gran parte del año», añadió.
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Propiedad Jiguata
La Propiedad Jiguatá se ubica en la prolongación norte del cinturón metalogénico del Eoceno-Oligoceno del norte de Chile, donde se encuentra sobreimpresa por el cinturón magmático del Mioceno.
El prolífico Cinturón del Eoceno-Oligoceno alberga los gigantescos depósitos de Collahuasi, Chuquicamata y Escondida, mientras que el Cinturón del Mioceno, más al sur, alberga gran parte de la actual generación de proyectos de pórfidos cupríferos chileno-argentinos de alto perfil, como Filo del Sol, Valeriano, Encierro y Altar.
El área del proyecto abarca una gran zona de alteración argílica avanzada (25 km cuadrados) alojada dentro de una unidad tobácea volcánica, bajo una delgada cubierta de rocas volcánicas dacíticas miocenas inalteradas frescas datadas en aproximadamente 9-5 Ma. La zona de alteración ha sido expuesta a través de una ventana erosiva en las rocas volcánicas miocenas suprayacentes.
La perforación histórica comprendió dos pozos de circulación inversa (RC) completados en 1993 a profundidades de 250 y 300 metros. Al parecer, los pozos se dirigieron a salientes de sílice dentro de una gran anomalía de molibdeno en el suelo (hasta 867 ppm de Mo en suelos) en el valle inciso.
Se registraron niveles altamente anómalos de Mo en los pozos (p. ej., 248 m a 255 ppm de Mo en el pozo 3546), con cobre por encima del fondo a 250 ppm. Se han reportado diversos minerales de sulfuro de cobre o molibdeno en la perforación, incluyendo calcopirita, bornita, calcocita y molibdenita.