El gobierno de Burkina Faso busca ampliar en 35% su participación en la mina Kiaka de West African Resources, un proyecto de gran escala valorizado en más de US$ 1,000 millones.
La medida, parte de una política de control estatal de recursos, eleva la incertidumbre sobre la seguridad de las inversiones mineras en África Occidental.
West African Resources bajo presión estatal
West African Resources (ASX: WAF) confirmó que el gobierno de Burkina Faso pretende adquirir un 35% adicional de participación en la mina Kiaka, que produjo su primer oro en junio. La medida obligó a la compañía a suspender operaciones temporalmente, con la expectativa de reanudar actividades tras negociar una “remuneración valiosa” al Estado.
Con una producción proyectada de 500,000 onzas de oro anuales, Kiaka podría generar ingresos superiores a US$ 1,000 millones por año, al precio actual del oro. El incremento de participación estatal reduciría sustancialmente la rentabilidad para accionistas e inversionistas internacionales.
¿Un nuevo ciclo de nacionalización de activos?
El caso de Kiaka se suma a un proceso de nacionalización más amplio. En junio, el gobierno transfirió a la estatal Société de Participation Minière du Burkina (SOPAMIB) cinco minas de oro y permisos de exploración de Endeavour Mining y Lilium.
El proceso comenzó en 2024 con la expropiación de las minas Boungou y Wahgnion, adquiridas por el Estado por US$ 80 millones, pese a haber sido valorizadas en más de US$ 300 millones. Esto refleja la creciente vulnerabilidad de los activos mineros en jurisdicciones donde los contratos pueden ser modificados unilateralmente.
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Riesgos financieros para las inversiones extranjeras
El impacto de la medida sobre Kiaka tuvo un efecto inmediato en el mercado: Orezone Gold (ASX, TSX: ORE), operadora de la mina Bomboré, suspendió operaciones como medida preventiva, pese a no haber recibido una solicitud formal del gobierno.
Los inversionistas enfrentan riesgos crecientes:
- Depreciación de activos frente a intervenciones estatales.
- Revisión forzada de contratos con costos financieros adicionales.
- Mayor riesgo país, que eleva el costo de financiamiento de proyectos mineros.
Alternativas más seguras para el capital minero
Mientras Burkina Faso y Mali refuerzan políticas de control estatal, los flujos de capital se están redirigiendo hacia países con mayor estabilidad regulatoria, como Ghana, Namibia, Botsuana y Egipto. Asimismo, Costa de Marfil y Guinea emergen como nuevos destinos de inversión minera.
El proyecto Simandou de Rio Tinto, en Guinea, con inversiones multimillonarias en mineral de hierro, ejemplifica cómo los grandes capitales mineros priorizan jurisdicciones con reglas claras y previsibilidad legal.
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