La competencia entre Estados Unidos y Europa por asegurar el suministro de minerales estratégicos —utilizados en vehículos eléctricos, tecnologías de defensa y energía renovable— ha puesto a Groenlandia en el centro de atención.
Amaroq Minerals, la principal empresa minera de Groenlandia, está negociando con diversas agencias respaldadas por Estados Unidos y la Unión Europea en un contexto de creciente interés geopolítico por los minerales críticos. El director ejecutivo Eldur Olafsson señaló que la atención política impulsada por figuras como Donald Trump se ha traducido en un interés tangible de los inversores. Amaroq, con sede en Toronto, opera una mina de oro recién inaugurada y posee la mayor cartera de licencias de exploración de la isla.
La competencia entre Estados Unidos y Europa por asegurar el suministro de minerales estratégicos —utilizados en vehículos eléctricos, tecnologías de defensa y energía renovable— ha puesto a Groenlandia en el centro de atención. El deshielo del Ártico ha mejorado el acceso a su territorio, rico en recursos naturales, lo que lo convierte en una alternativa atractiva a la dependencia de China, que domina las cadenas de suministro globales.
Olafsson reveló que la empresa está en conversaciones con instituciones financieras y gubernamentales para obtener préstamos, acuerdos de compraventa e inversiones directas. Aunque no proporcionó nombres, aseguró que tanto desde Washington como desde Europa hay un claro interés por respaldar proyectos mineros que aseguren el abastecimiento de minerales críticos. Prueba de ello es que el fondo estatal danés EIFO comprometió 15,4 millones de dólares en una reciente ronda de financiación de Amaroq, que recaudó un total de 61 millones.
La creciente atención hacia Groenlandia también tiene un trasfondo estratégico. Trump ha defendido públicamente que Estados Unidos debería tener mayor control sobre la isla por razones de seguridad, subrayando su potencial mineral. Olafsson afirmó que desde que Trump asumió el cargo en 2019, el interés inversor no ha dejado de aumentar, y que su renovada influencia política ha impulsado aún más el entusiasmo del mercado.
Para Groenlandia, este auge minero representa una oportunidad crucial para diversificar su economía y avanzar hacia una mayor independencia de Dinamarca. Actualmente, la isla depende en gran medida de la pesca y de una subvención anual de unos 600 millones de dólares del gobierno danés. Aunque las condiciones operativas siguen siendo desafiantes, señales como el posible préstamo de 120 millones de dólares del Banco de Exportación e Importación de EE. UU. o la inclusión de una mina de grafito en la estrategia de materias primas de la UE indican un respaldo estatal cada vez más decidido.