El crudo avanzó en los mercados asiáticos, impulsado por la amenaza de recortes en la oferta rusa y la inminente decisión de tasas de la Reserva Federal.
En el arranque de la semana, los futuros de Brent para noviembre subieron 0,4 % hasta los US$ 67,26 por barril, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) avanzó 0,5 % hasta los US$ 62,72. La presión alcista provino de los ataques ucranianos a instalaciones energéticas rusas, entre ellas el terminal de exportación de Primorsk y la refinería Kirishinefteorgsintez, que amenazan con retirar del mercado volúmenes importantes de petróleo.
¿Qué pasará con el suministro global?
Analistas advierten que si los ataques continúan, el mercado podría enfrentar interrupciones que impactarían sobre todo a grandes compradores como India y China. El escenario se complica por las tensiones diplomáticas: mientras Moscú señaló que las conversaciones de alto el fuego con Kiev están estancadas, Washington presiona a los países del G7 para que eleven aranceles a importaciones desde India y China, tras aplicar un gravamen del 50 % a las compras indias de crudo ruso.
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La Fed entra en escena
Los precios también recibieron impulso del debilitamiento del dólar, en un contexto en que el mercado descuenta casi con certeza un recorte de 25 puntos básicos en las tasas de la Reserva Federal, ante la desaceleración en la demanda de combustible en EE.UU. Un dólar más débil favorece la cotización de las materias primas y refuerza las perspectivas de consumo de energía en los próximos meses.
Un mercado bajo doble presión
El petróleo se encuentra así entre dos fuerzas: la incertidumbre por el suministro ruso y las expectativas de estímulo monetario en Estados Unidos. Ambos factores serán decisivos para determinar la dirección de los precios en las próximas semanas.