Un nuevo atentado contra el Oleoducto Norperuano (ONP) ha generado alarma en la región Loreto. El 27 de mayo de 2025 se reportó la manipulación deliberada de la grapa de seguridad instalada en el punto de perforación del kilómetro 315+535, en la comunidad nativa Sinchi Roca, distrito Manseriche (Datem del Marañón), provocando una nueva fuga de petróleo que alcanzó una quebrada cercana. Este incidente ha agravado el impacto ambiental y amenaza directamente la salud de la población local.
Este nuevo acto vandálico se suma a otros tres ocurridos en lo que va del año, afectando gravemente la integridad del ONP, un Activo Crítico Nacional cuya operación representa un gasto superior a los 120 millones de dólares anuales para Petroperú. La empresa estatal activó inmediatamente su Plan de Contingencias, logrando sellar la fuga inicial del 19 de marzo, pero desde entonces enfrenta serias limitaciones para ejecutar labores de limpieza, debido a impedimentos promovidos por autoridades comunales y dirigentes locales.
Según Petroperú, las medidas de fuerza buscan presionar al Ejecutivo para asegurar financiamiento de proyectos municipales, una situación que consideran ajena a su gestión. A pesar de los esfuerzos de diálogo, que incluyen la participación de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) y la Defensoría del Pueblo, no se han logrado acuerdos sostenibles. Durante la última reunión con la comunidad, el 21 de mayo, se presentaron demandas de contratación de 100 personas con jornales diarios de S/ 150, condiciones que la empresa calificó de inaceptables por los incentivos perversos que podrían generar.
Petroperú hizo un llamado urgente a las autoridades competentes para que adopten medidas dentro de sus atribuciones y detengan los ataques contra el oleoducto. La continuidad de estos atentados compromete no solo la sostenibilidad del ONP, sino también la protección del medio ambiente y la salud de las comunidades amazónicas.