Tras declarar desierta la licitación de junio, PetroPerú con cinco empresas interesadas en operar el principal yacimiento petrolero del Perú, cuya reactivación requeriría inversiones superiores a US$ 100 millones.
El Lote 192, ubicado en Loreto, continúa en pausa desde 2020, pero podría volver a operar en diciembre de 2025 si Petroperú concreta la incorporación de un nuevo socio operador. Luego de que Altamesa Energy se retirara del área y de que la reciente licitación no recibiera propuestas válidas, la empresa estatal inició un proceso de negociación directa con cinco firmas interesadas en asumir el rol de operador. Entre las invitadas figuran Petrotal, Pacific Petroleum y Upland Oil and Gas.
Según informó Petroperú, el nuevo esquema mantendría la participación societaria anterior, en la que la estatal posee el 39% y su socio el 61%. La reactivación operativa requerirá una inversión inicial estimada en US$ 100 millones para rehabilitar las instalaciones, aunque expertos como Aurelio Ochoa advierten que el costo real podría alcanzar entre US$ 400 y US$ 500 millones, si se busca escalar la producción hasta 20,000 barriles diarios. El cronograma previsto contempla al menos seis meses desde la firma del contrato hasta el reinicio de la extracción.
El ex presidente de Perupetro advirtió que el futuro operador deberá afrontar la conflictividad social persistente en la zona, así como la fragilidad del Oleoducto Norperuano, sin contar con los pasivos ambientales heredados de décadas anteriores. A ello se suma la volatilidad del mercado internacional: aunque el barril Brent bordea hoy los US$ 78, especialistas proyectan que podría estabilizarse entre US$ 60 y US$ 70, afectando la rentabilidad del proyecto.
A pesar de estos desafíos, Petroperú considera que el reinicio del Lote 192 es crucial para reducir la dependencia de combustibles importados y fortalecer la producción interna. En los próximos meses, se prevé definir el nuevo socio y formalizar el contrato de licencia. Si el proceso avanza según lo previsto, la operación de este yacimiento clave marcaría un punto de inflexión para la industria petrolera nacional tras casi seis años de inactividad.