El esquema de reactivación del principal campo petrolero del país deja a la estatal con apenas 21% de participación y sin control operativo.
El proceso para reactivar el Lote 192, paralizado por más de cinco años y con pérdidas acumuladas de más de US$ 1.500 millones para el Estado, avanza hacia un esquema en el que Petroperú cedería el control operativo y la mayor parte de los beneficios a la privada Upland Oil.
La propuesta entregada a Perupetro plantea un reparto de 79% para la compañía y apenas 21% para la estatal, porcentaje que subiría a 23% solo si el precio internacional del petróleo supera los US$ 60 por barril en los dos primeros años de contrato. En el esquema anterior, con Altamesa Energy, la participación de Petroperú era de 39% con opción de llegar al 49% en ese escenario de precios.
Tras el concurso declarado desierto, Petroperú solicitó asumir la garantía del lote y entabló negociaciones directas con varias empresas. Solo Upland Oil cumplió con los requisitos técnicos y económicos, presentando una carta de financiamiento por US$ 100 millones y solvencia certificada por la Superintendencia del Mercado de Valores.
Su plan de trabajo contempla reacondicionar y perforar 22 pozos en tres décadas, iniciar producción seis meses después de la firma y alcanzar 12.000 barriles diarios en tres años. El contrato también prevé un fondo social del 2,5% y una regalía cercana al 18%, cifras similares a las de contratos previos que no revirtieron la caída de ingresos para el Estado.
Upland Oil mostró interés por el vecino Lote 64, aunque su ingreso dependerá de los resultados en el Lote 192. La empresa cuenta con casi dos décadas de experiencia y capital mixto peruano, estadounidense e inglés, con inversiones superiores a US$ 50 millones en exploración y explotación. Su historial incluye proyectos como el Lote XXIV, donde invirtió US$ 36 millones antes de abandonar tras resultados negativos, y el Lote XXIII, en Fuerza Mayor, con una inversión de US$ 26 millones.