Investigadores de la Universidad Monash desarrollan un método con 90% de eficiencia para recuperar tierras raras críticas de residuos industriales.
Investigadores de la Universidad Monash, en Melbourne, han desarrollado un método más limpio y eficiente para extraer elementos de tierras raras (REE) a partir de cenizas volantes de carbón, relaves mineros y desechos electrónicos, con eficiencias superiores al 90%. El proceso permite recuperar 17 tierras raras, incluidas las magnéticas de alto valor como neodimio y disprosio, esenciales para motores eléctricos y turbinas eólicas. Según Monash, las cenizas volantes de lignito en Victoria no contienen torio ni uranio, lo que reduce riesgos y regulaciones.
El potencial es significativo: solo con cenizas volantes, Australia podría producir hasta 45.000 toneladas anuales de tierras raras, más del doble de su producción en 2021 y cerca del 30% de la producción mundial actual, suficiente para fabricar imanes para unos 15 millones de vehículos eléctricos. Victoria genera más de un millón de toneladas de cenizas volantes al año, y su procesamiento podría evitar la huella ambiental de nuevas minas mientras se aprovecha un material ya disponible. “Al tratar estas reservas como un recurso y no como un residuo, podemos evitar la huella ambiental de una nueva minería”, afirmó la universidad.
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La investigación ha pasado de pruebas de laboratorio a un sistema de 30 litros, y se proyecta una planta de demostración de 100 litros en Monash. La tecnología, ya premiada por la industria, avanza hacia su comercialización con apoyo gubernamental e industrial. Este enfoque, conocido como minería urbana, busca establecer un suministro local limpio de tierras raras, apoyar la manufactura nacional y crear empleos regionales, reduciendo la dependencia de cadenas de suministro extranjeras.
¿Cómo beneficiará la minería urbana a Australia?
Monash sostiene que esta innovación no solo es un avance tecnológico, sino una oportunidad estratégica para que el país lidere el suministro global de tierras raras limpias, impulse la manufactura local y solucione el problema ambiental de los residuos de carbón. “Con el apoyo adecuado, podemos construir una cadena de suministro circular y más resiliente para el futuro de Australia”, concluyó.