El país asiático vive su mayor expansión de plantas a carbón en una década, mientras impulsa también capacidad renovable sin precedentes.
China puso en operación 21 gigavatios (GW) de capacidad en plantas de energía a carbón en la primera mitad de 2025, la cifra más alta desde 2016, según el Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA). El incremento responde a la ola de permisos aprobados entre 2022 y 2023, cuando el país enfrentó apagones y escasez de energía tras la pandemia. El Consejo de Electricidad de China proyecta que se instalarán hasta 80 GW en el año, lo que convertiría a 2025 en el de mayor expansión de carbón en una década.
El auge del carbón contrasta con la creciente participación de energías renovables, que ha reducido el peso del mineral en la matriz energética a mínimos históricos. No obstante, las nuevas instalaciones previstas este año podrían revertir parcialmente esa tendencia. CREA advierte que el modelo de pagos por capacidad, las prácticas de despacho inflexibles, los contratos a largo plazo y la falta de un plan nacional de retiro mantienen al carbón activo, incluso cuando ya no resulta esencial para la demanda energética.
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Los investigadores remarcaron que China se comprometió a reducir gradualmente el uso del carbón entre 2026 y 2030, con la expectativa de que funcione como respaldo a las energías limpias. Sin embargo, señalaron que en la práctica no existen incentivos suficientes para desincentivar la generación, lo que complica los objetivos de transición energética.
¿Qué implican estas cifras para la transición energética de China?
Pese a este aumento de capacidad, el avance de las energías limpias ha permitido avances en emisiones. Un análisis de CREA reportó que las emisiones de CO2 en China cayeron un 1% en la primera mitad de 2025, mostrando que la transición avanza, aunque con tensiones entre la expansión del carbón y el despliegue renovable. La Administración Nacional de Energía no respondió a solicitudes de comentarios sobre el reporte.