La central JH Campbell debía cerrar en mayo, pero el gobierno de Trump ordenó mantenerla abierta hasta noviembre bajo una “emergencia energética”.
El Departamento de Energía de Estados Unidos extendió hasta el 19 de noviembre la operación de la planta de carbón JH Campbell, ubicada en West Olive, Michigan, pese a que estaba programada para cerrar en mayo por razones económicas. La central de 1,500 MW es propiedad de Consumers Energy, que ya había agotado reservas de carbón y reasignado a su personal. La decisión se enmarca en la emergencia energética declarada por el presidente Donald Trump en su segundo mandato, que incluye medidas para impulsar la producción de combustibles fósiles.
El secretario de Energía, Chris Wright, defendió la orden al señalar que “ayudará a garantizar que millones de estadounidenses puedan seguir accediendo a una energía de base asequible, confiable y segura, independientemente de si sopla el viento o brilla el sol”. Trump, por su parte, argumentó que la expansión de renovables como la solar y la eólica encarece e inestabiliza la electricidad, pese a que datos regulatorios muestran que en Texas, la red con mayor proporción de energía limpia, la fiabilidad ha mejorado.
Consumers Energy reportó que cumplir con la primera orden de mantener la planta abierta generó un costo de US$ 29 millones en solo 38 días. Un informe ambiental estimó que mantener Campbell en operación costaría hasta US$ 279 millones anuales y que, si se extiende la medida a otras plantas programadas para cerrar hacia 2028, el gasto total podría superar los US$ 3,000 millones cada año, trasladándose a hogares y empresas en casi todo el país.
¿Quién asumirá los costos de mantener abierta la planta de carbón Campbell?
La Comisión Federal Reguladora de Energía (FERC) determinó que los gastos podrán distribuirse entre 10 estados del Medio Oeste, lo que permitirá a Consumers Energy recuperar parte de las pérdidas. “La compañía espera continuar operando la planta según sea necesario”, afirmó su portavoz Brian Wheeler, tras señalar que la decisión de FERC asegura que los costos no recaerán únicamente en los clientes de Michigan.