El regulador aprobó solicitudes de acuerdos especiales para ArcelorMittal Sudáfrica, pese a la negativa de la empresa estatal Eskom.
Podría abrirse un nuevo conflicto entre Eskom y el Regulador Nacional de Energía de Sudáfrica (Nersa) tras la aprobación de acuerdos de precios negociados (NPA) para ArcelorMittal Sudáfrica (AMSA). El regulador autorizó convenios de seis años para las operaciones de Newcastle y Vanderbijlpark, decisión que la estatal eléctrica había rechazado al considerar que no cumplían los criterios de elegibilidad. Actualmente, Eskom mantiene 11 NPA activos aprobados por Nersa, con un costo de subsidios estimado en R18.800 millones para el presente ejercicio fiscal.
Nersa explicó que la evaluación determinó que AMSA “cumplió sustancialmente” con los requisitos del Marco Provisional de NPA a Largo Plazo publicado en 2020. Sin embargo, aclaró que la aprobación no implicó la fijación de una tarifa reducida, sino la autorización para que AMSA negocie directamente con Eskom. «Será decisión de AMSA acercarse a Eskom, siguiendo la decisión del Regulador de Energía, para solicitar y negociar una tarifa favorable», afirmó Nomfundo Maseti, miembro del regulador responsable de la regulación eléctrica.
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El regulador también precisó que no interviene en las negociaciones tarifarias en representación de los clientes, sino que se limita a aplicar el marco normativo. En paralelo, Nersa anunció que publicará sus razones de decisión en los próximos días. Por su parte, Eskom había advertido previamente que las solicitudes de AMSA no cumplían criterios como el factor de carga del 70% ni la relevancia de la electricidad en la estructura de costos, que en este caso representa menos del 10%.
¿Qué impacto tendría la aprobación de más NPA industriales?
Eskom alertó que aprobar excepciones como la de AMSA podría abrir la puerta a otros clientes industriales, generando un precedente riesgoso. La estatal calcula que, de replicarse, los subsidios para 2026 se elevarían a R62 mil millones, equivalentes al 25% de los ingresos por tarifa estándar. Este escenario acentúa el debate sobre la sostenibilidad del modelo de subsidios cruzados en la electricidad sudafricana y la presión financiera que representa para el sistema.