Entre ellas figuran restricciones a importaciones y exportaciones mediante cuotas.
Un grupo creciente de países de la Unión Europea, entre ellos Alemania, está considerando activar el Instrumento Anticoerción (ACI) frente a la posible imposición de un arancel del 30% a las importaciones europeas por parte del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. El mecanismo, vigente desde fines de 2023 pero aún no utilizado, está diseñado como medida disuasoria frente a presiones económicas externas y es visto por muchos como una «opción nuclear».
El ACI permite a los 27 miembros del bloque responder a actos coercitivos con una variedad de acciones. Entre ellas figuran restricciones a importaciones y exportaciones mediante cuotas o licencias, así como la exclusión o penalización de bienes y servicios estadounidenses en licitaciones públicas europeas, especialmente en sectores estratégicos como defensa y construcción.
También contempla medidas dirigidas a servicios donde EE. UU. tiene superávit con Europa, como los digitales (Amazon, Microsoft, Netflix, Uber), así como posibles limitaciones a inversiones estadounidenses, a la propiedad intelectual y al acceso a mercados financieros y de alimentos.
El mecanismo fue propuesto en 2021 tras el uso de tácticas comerciales agresivas por parte de China y del primer gobierno de Trump, incluyendo el caso de Lituania, que sufrió represalias chinas por su relación con Taiwán. La Comisión Europea puede tardar hasta cuatro meses en evaluar una acción como coercitiva, y necesita luego la aprobación por mayoría cualificada de los Estados miembros para activar represalias.
Una vez aprobado, el proceso puede durar hasta un año, aunque puede acelerarse. La Comisión buscaría primero una solución diplomática con el país involucrado, pero si falla, podría aplicar medidas de represalia en un plazo de seis meses, que entrarían en vigor tres meses después.
FUENTE: REUTERS