En un mitin político cargado de símbolos patrióticos y bajo el lema de “acero estadounidense”, el expresidente Donald Trump celebró este viernes un “acuerdo” entre Nippon Steel y U.S. Steel, aunque sin confirmar si planea aprobar formalmente la controvertida fusión de ambas compañías.
Desde el corazón industrial de Pensilvania, un estado clave para las elecciones presidenciales de noviembre, Trump elogió lo que calificó como una “asociación histórica” que, según él, garantizará que U.S. Steel “permanezca como una compañía estadounidense”.
“Vamos a tener un gran socio”, dijo Trump ante más de 1.600 personas, incluidos trabajadores con cascos. “Pero ustedes van a seguir siendo una empresa estadounidense, ¿de acuerdo?”
La compra, anunciada originalmente en 2023, contempla que Nippon Steel adquiera U.S. Steel por 14.900 millones de dólares. Sin embargo, el proceso ha estado marcado por revisiones de seguridad nacional, oposición sindical y tensiones diplomáticas con Japón.
Aunque la Casa Blanca y las empresas no han emitido declaraciones recientes, Trump avivó las esperanzas del acuerdo con una publicación en redes sociales la semana pasada, impulsando las acciones de U.S. Steel más de un 20%. No obstante, el domingo puso en duda el alcance de la operación al referirse a ella como una “inversión con propiedad parcial”, y aseguró que el control seguiría en manos estadounidenses.
En el mitin, el vicepresidente de Nippon Steel, Takahiro Mori, agradeció públicamente a Trump, afirmando que “no estaríamos aquí sin él”. Pero desde Tokio, el principal negociador comercial de Japón, Ryosei Akazawa, sostuvo que aún no hay un anuncio oficial por parte del gobierno estadounidense, subrayando la incertidumbre que rodea la operación.
Trump tiene hasta el próximo jueves para aprobar o rechazar formalmente la fusión, tras la conclusión de una segunda revisión por parte del Comité de Inversión Extranjera de EE. UU. Aun así, ese plazo podría extenderse.
La fusión ha sido un punto de discordia política. El expresidente Joe Biden y la actual candidata demócrata Kamala Harris han expresado su rechazo, alegando que U.S. Steel debe seguir bajo control nacional. Biden llegó a bloquear el acuerdo en enero por motivos de seguridad nacional, lo que llevó a las empresas a demandar al gobierno por falta de imparcialidad en el proceso.
Con una promesa de inversión adicional de hasta 4.000 millones de dólares en nuevas plantas y la creación de 70.000 empleos, Nippon Steel busca convencer al gobierno de Trump para que apruebe la operación. Aún así, sus declaraciones ambiguas mantienen a los inversionistas y al sector en vilo.
“Esto sumará al menos 14 mil millones de dólares a la economía de EE. UU.,” publicó Trump la semana pasada. “¡Nos vemos en U.S. Steel en Pittsburgh el 30 de mayo para un GRAN mitin!”
El futuro de esta emblemática empresa, símbolo del auge y declive industrial estadounidense, podría definirse en los próximos días. Pero por ahora, el destino del acuerdo entre U.S. Steel y Nippon Steel sigue tan incierto como el panorama electoral que lo rodea.
FUENTE: REUTERS