La minería ilegal en Perú avanza sin freno y afecta al país en múltiples frentes: destruye ecosistemas, alimenta la violencia y erosiona la economía nacional. Su impacto más reciente y trágico se evidenció con la masacre de 13 trabajadores mineros en la provincia de Pataz, en La Libertad, un hecho que marcó un punto de quiebre en la creciente crisis de seguridad vinculada a esta actividad ilícita.
A enero de 2025, regiones como La Libertad, Cajamarca y Madre de Dios figuran entre las más afectadas por la minería ilegal, según el Ministerio del Ambiente. El avance de esta economía ilegal no solo depreda recursos naturales, sino que también distorsiona el orden social y económico en los territorios donde opera.
Un dato importante es que, entre 2019 y 2024, la tasa de homicidios en Perú pasó de 3.5 a 6.0 por cada 100 mil habitantes. Las regiones más afectadas, como Madre de Dios (+6.5) y La Libertad (+6.1), coinciden con aquellas donde las economías ilegales dominan el territorio.
Impacto económico de la minería ilegal: oro, presupuesto y REINFO
El costo económico de la minería ilegal en Perú también es alarmante. En 2024, las exportaciones de oro ilegal alcanzaron un récord de US$ 7,415 millones, un 54 % más que en 2023, de acuerdo con el Instituto Peruano de Economía (IPE). Iniciativas como el REINFO, originalmente creadas para formalizar a pequeños mineros, han terminado otorgando apariencia de legalidad a operaciones fuera del marco normativo.
A esto se suma una respuesta estatal débil. Según datos del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) obtenidos por Rumbo Minero, el Gobierno asignó más de S/ 74.6 millones en 2025 para reducir la minería ilegal, a través de la función de orden público y seguridad. No obstante, hasta la fecha solo se ha ejecutado cerca del 37 % de ese presupuesto.
Deforestación por minería ilegal: 31 mil hectáreas perdidas
El daño ambiental es igualmente devastador. Entre 2021 y 2024, la minería ilegal en la Amazonía peruana provocó la deforestación de alrededor de 31 mil hectáreas, según el Proyecto de Monitoreo del Amazonas Andino (MAAP). Esta pérdida de bosque compromete la biodiversidad, destruye ecosistemas frágiles y frena el desarrollo de actividades sostenibles como el ecoturismo, la agricultura y el comercio justo.