El Perú experimentó un avance significativo en el Índice de Atractivo de Inversión Minera del Instituto Fraser, sumando 17 puntos frente al año anterior y posicionándose en el puesto 40 de 82 jurisdicciones evaluadas.
Este resultado, que eleva al país por encima del 51 % de las jurisdicciones más atractivas, refleja principalmente la solidez de su potencial geológico, en particular por sus importantes reservas de cobre.
De acuerdo con el informe, el 75 % de la cartera de proyectos mineros en Perú corresponde al cobre, metal estratégico para la transición energética. En 2024, el país obtuvo 65,91 puntos en el índice de potencial mineral, ubicándose en la mitad superior del ranking global y mejorando 17 posiciones respecto al año anterior. Esta fortaleza geológica permitió que Perú recortara la brecha con Chile, que alcanzó 68,75 puntos, reduciendo la diferencia de 15 a 7,5 puntos en solo un año.
Comparativa regional e internacional
En la región, Perú se acerca a competidores clave como Chile, primer productor mundial de cobre, y supera en geología a países como Argentina y Brasil, cuyas carteras de proyectos son más diversificadas pero con menor concentración de cobre de alta ley. A nivel global, el liderazgo del ranking lo ocupa Finlandia, que escaló 16 posiciones para consolidarse como la jurisdicción más atractiva del mundo, seguida de Nevada y Alaska en Estados Unidos, y de otras provincias mineras de Canadá como Saskatchewan, Terranova y Labrador.
El informe también destaca que países como Guyana, tradicionalmente fuera del radar minero, obtuvieron 80 puntos, demostrando cómo las políticas de estabilidad y el impulso a nuevos proyectos pueden cambiar el panorama de inversión. En contraste, Bolivia y República Dominicana figuran entre las jurisdicciones latinoamericanas con peores resultados, principalmente por la percepción de riesgo regulatorio y conflictos sociales.
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Con una cartera de más de US$ 64.000 millones en proyectos mineros y un potencial geológico de clase mundial, el desafío para el Perú es transformar estas ventajas en inversiones concretas y sostenibles, reduciendo la brecha con los líderes regionales y globales.