La empresa emergente Magrathea, con sede en California, ha dado un paso clave en la carrera por producir magnesio sustentable al presentar un electrolizador de última generación que convierte cloruro de magnesio extraído del agua de mar en metal puro. Este desarrollo fue implementado en su planta piloto ubicada en Oakland y forma parte de un plan más ambicioso: construir la primera instalación comercial de este tipo en Estados Unidos en medio siglo.
El proyecto, respaldado por el Departamento de Defensa de EE.UU., busca contrarrestar el dominio de China y Rusia, responsables del 90% de la producción global de magnesio primario. La iniciativa también se alinea con los esfuerzos por fortalecer las cadenas de suministro de minerales críticos dentro de territorios aliados de la OTAN. Actualmente, ningún país miembro cuenta con producción significativa de este metal esencial.
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El magnesio cumple un rol crucial en diversas industrias: refuerza el aluminio en aleaciones, interviene en la producción de acero y tiene aplicaciones estratégicas en los sectores automotriz, aeroespacial, nuclear y de defensa avanzada. “El magnesio es uno de los materiales críticos más importantes, pero los países de la OTAN enfrentan una grave escasez de suministro fuera de China”, advirtió Alex Grant, director ejecutivo de Magrathea.
La empresa considera que este avance técnico permitirá establecer las bases para una futura planta de gran escala. Con su tecnología neutra en carbono, Magrathea pretende ofrecer a las empresas estadounidenses acceso seguro y local a un insumo esencial.