Las proyecciones indican que el consumo de agua continental caerá significativamente en varias regiones.
La Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) presentó su estudio actualizado “Proyección de Consumo de Agua en la Minería del Cobre 2024-2034”, que evidencia un cambio estructural en la matriz hídrica del sector. La minería del cobre priorizará el uso de fuentes no convencionales, como el agua de mar, en lugar del agua continental. De cumplirse las proyecciones, para 2034 la demanda total de agua alcanzará los 22,1 m³/s, con un crecimiento anual promedio del 1,5%, siendo el 66% proveniente del mar.
Uno de los datos más relevantes del informe es la fuerte reducción del uso de agua dulce: en comparación con 2023, se espera una caída del 36,7% al 2034. En paralelo, el uso de agua de mar aumentará un 113,2%, alcanzando los 14,5 m³/s. Este giro responde a la transición hacia minerales sulfurados, que requieren más agua para su procesamiento, y a la baja en las leyes del mineral, lo que obliga a procesar más material para obtener cobre fino.
Las proyecciones indican que el consumo de agua continental caerá significativamente en varias regiones: un 57% en Tarapacá, 25% en Antofagasta, 80% en Coquimbo, 40% en Valparaíso, 100% en la Región Metropolitana y 18% en O’Higgins. De la demanda total proyectada, el 58,7% corresponderá a operaciones en marcha, mientras que el resto se dividirá entre proyectos en ejecución (14,7%), en fase de factibilidad (20,1%) y prefactibilidad (6,5%).
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Actualmente existen 24 plantas desaladoras industriales en Chile con una capacidad instalada total de 10,5 m³/s, de las cuales el 85% pertenece al sector minero. Según Acades y CBC, hay 41 nuevos proyectos en carpeta con una inversión estimada de USD 22.159 millones, capaces de manejar más de 45 m³/s. Se espera que en el futuro aumente la participación de plantas multipropósito y desaladoras estatales, en beneficio también de sectores como el agrícola.
Representantes del sector minero y de organismos relacionados valoraron el avance, aunque también advirtieron sobre los desafíos que persisten. Desde Cochilco y Acades se llamó a fortalecer la inversión en infraestructura hídrica y simplificar su tramitación. Por su parte, el Consejo Minero subrayó la necesidad de reducir los costos energéticos asociados al uso de agua de mar, mientras que la Sonami destacó la urgencia de flexibilizar normas para facilitar un uso más eficiente y compartido de estas instalaciones.