La preocupación del Ejecutivo se centra en operaciones no formalizadas que están surgiendo en zonas con actividad minera legalmente establecida.
El Gobierno del Perú ha reconocido por primera vez la existencia de minería informal de cobre a gran escala, una actividad que podría intensificarse debido a los altos precios internacionales del metal, según advirtió el ministro de Energía y Minas, Jorge Montero, en declaraciones recientes a la prensa extranjera.
La preocupación del Ejecutivo se centra en operaciones no formalizadas que están surgiendo en zonas con actividad minera legalmente establecida, como es el caso del área de influencia de la mina Las Bambas, operada por la empresa china MMG.
“Estamos ante la mayor operación informal de cobre que se haya identificado en el país”, señaló Montero, al referirse específicamente a la actividad minera denominada Apu Chunta, llevada a cabo por la comunidad indígena de Pamputa.
Según estimaciones oficiales, esta operación produce unas 30.000 toneladas métricas anuales de cobre, con un valor aproximado de 300 millones de dólares a precios actuales. Aunque la comunidad de Pamputa es propietaria de los terrenos, los derechos sobre el recurso mineral pertenecen legalmente a Las Bambas. Esta empresa proyecta además desarrollar una mina a cielo abierto en la zona para la década de 2030, lo cual requeriría la adquisición de dichos terrenos.
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Este caso refleja una tendencia creciente en el país, donde los conflictos entre comunidades dueñas de la tierra y empresas titulares de concesiones mineras se están intensificando. “El desafío del Estado es encontrar un equilibrio que permita el desarrollo sostenible del sector sin dejar de lado los derechos sociales y ambientales”, añadió el ministro.
El Perú, tercer proveedor mundial de cobre y primer productor de oro en Sudamérica, enfrenta una creciente presión por parte de la minería informal, especialmente en zonas de alta conflictividad. Miles de pequeños mineros operan en terrenos sin concesión, incluyendo áreas bajo exploración de empresas como Southern Copper Corporation, First Quantum Minerals y Teck Resources, cuyo proyecto Zafranal también ha sido afectado por estas actividades.
No obstante, el ministro Montero aclaró que la minería informal de cobre aún representa una fracción menor frente a la producción formal, aunque su expansión descontrolada podría alterar significativamente el equilibrio del sector en los próximos años.