El director del BCRP advirtió que el país debe subirse “al carro” mientras los precios del cobre superen los US$ 5 la libra.
Durante el espacio de análisis y diálogo del Foro Internacional denominado “Perspectivas Económicas en torno a la minería a nivel mundial” de la Expo Mineros y Proveedores – MINPRO 2025, Diego Macera, director del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) y director del Instituto Peruano de Economía (IPE), destacó el momento excepcional que atraviesa el país gracias a la creciente demanda de cobre. Según indicó, “el cobre tiene un enorme potencial para los siguientes años, las expectativas que tenemos de que el cobre supere 4.5 o 5 dólares la libra, y eso a partir de la demanda creciente que vamos a ir a ver, los problemas de oferta”.
Macera advirtió que el Perú no puede dejar pasar esta coyuntura y que debe actuar con rapidez antes de que el mercado global encuentre sustitutos. “El cobre todavía no está en ese punto, pero en el momento en el que tengamos un cobre, digamos, consistentemente por encima de los 5 dólares la libra, las presiones para encontrar sustitutos y otros países van a ser tanto más fuertes”, explicó. Por ello, aseguró que “el Perú tiene que subirse ahorita al carro mientras todavía está la oportunidad”.
El economista también resaltó cómo, a pesar de los problemas políticos, el ecosistema minero nacional ha demostrado fortaleza. “Yo creo que el Perú se ha demostrado que puede ser un país resiliente a pesar de tener gobiernos que de repente pueden dejar mucho que desear, pero la industria minera, el ecosistema minero está ahí, la regulación está ahí”, afirmó. Asimismo, valoró el rol estratégico del sector privado, especialmente de los proveedores mineros, en la sostenibilidad a largo plazo.
“La clave de la sostenibilidad de la industria minera está precisamente en sus proveedores, y en darles cada vez más fuerza, cada vez mejor integración, cada vez mayor valor agregado”, sostuvo Macera. Concluyó señalando que el desarrollo de este ecosistema genera un “círculo virtuoso no solamente de la parte económica, sino también de la parte social”, en clara alusión al impacto territorial que tiene la minería formal en el país.