Carlos Gallardo, gerente general del Instituto Peruano de Economía (IPE), afirmó durante el Jueves Minero que el país podría destrabar inversiones equivalentes al 22% de la producción mundial de cobre si mejora la gestión de permisos y recupera competitividad internacional.
En su presentación, Gallardo señaló que, en promedio, un proyecto minero en el Perú tarda 40 años desde su descubrimiento hasta el inicio de operaciones, el doble del tiempo que se observa en otras jurisdicciones competitivas. Sin embargo, aseguró que con reformas regulatorias, digitalización de procesos y mayor coordinación interinstitucional, este plazo podría reducirse a la mitad.
Permisos, competitividad y diálogo
El ejecutivo destacó tres frentes de acción para acelerar la puesta en marcha de proyectos. En primer lugar, planteó la necesidad de contar con una permisología ágil y digitalizada que permita reducir los cuellos de botella en las fases de exploración y construcción.
En segundo término, subrayó la importancia de garantizar seguridad jurídica y respetar los acuerdos con las comunidades, a fin de asegurar la predictibilidad en las inversiones.
Finalmente, señaló el reto de recuperar posiciones en el Índice Fraser, recordando que el Perú pasó de superar al 83% de las jurisdicciones mineras en 2018 a ubicarse en solo el 51% en 2024.
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¿Qué ganaría el Perú?
Gallardo recordó que nueve de los 29 mayores proyectos de cobre paralizados en el mundo están en el país, lo que equivale al 22% de la producción global potencial. “Si se activan incluso algunos de ellos, el impacto en empleo, exportaciones y recaudación sería histórico”, indicó.
Visión a largo plazo con estándares globales
El gerente del IPE resaltó que el destrabe de proyectos debe ir de la mano con altos estándares ambientales y sociales, impulsando una minería moderna que integre a las comunidades y genere beneficios tangibles en las regiones.