Los precios del aluminio escalaron el lunes a su nivel más alto en tres meses, impulsados por la creciente tensión geopolítica en Oriente Medio. Los recientes ataques aéreos de Estados Unidos contra instalaciones nucleares iraníes han desatado preocupaciones sobre un posible aumento en los costos energéticos y la interrupción del suministro global de metales.
El contrato de aluminio a tres meses en la Bolsa de Metales de Londres (LME) subió un 1,3 %, alcanzando los 2.584 dólares por tonelada, tras tocar un pico de 2.654,50 dólares, su nivel más alto desde el 21 de marzo.
El aluminio es un insumo clave para diversas industrias estratégicas. Su ligereza, resistencia y capacidad de conducción lo hacen indispensable en la fabricación de aviones, automóviles eléctricos, paneles solares, infraestructura y empaques. También es un metal fundamental en la transición energética, por su uso en sistemas de transmisión eléctrica y en tecnologías limpias. Por ello, cualquier alteración en su producción o suministro global genera un impacto inmediato en múltiples cadenas industriales.
El mercado teme una escalada mayor en el conflicto, luego de que el expresidente Donald Trump advirtiera sobre posibles nuevos ataques si no se alcanza un acuerdo de paz con Israel. La energía representa entre el 40 % y el 45 % del costo de fundición de aluminio en algunas regiones, por lo que cualquier alza en los precios del petróleo y el gas puede tener un impacto directo sobre el mercado.
«Los países de Oriente Medio producen casi el 9 % del aluminio mundial», explicó Alastair Munro, estratega senior del bróker Marex. «Si se bloquea el estrecho de Ormuz, eso podría afectar a los envíos», agregó.
Analistas advierten que un cierre del estrecho de Ormuz, una de las rutas marítimas clave para la energía global, afectaría tanto la exportación de metales como la importación de materias primas necesarias para su producción, como la bauxita y la alúmina, agravando aún más la presión sobre los mercados internacionales.
Además del aluminio, el zinc, otro metal intensivo en consumo energético, subió 1,8 %, alcanzando los 2.677 dólares por tonelada. En tanto, el cobre avanzó un 0,1 % hasta los 9.641 dólares, el plomo ganó un 0,8 % a 2.009 dólares, el estaño retrocedió un 0,2 % a 32.615 dólares y el níquel cayó un 1,5 % hasta los 14.785 dólares.