La petrolera estatal rusa Rosneft ha dado un paso clave en la diversificación hacia minerales estratégicos al adquirir el control total del yacimiento Tomtor, uno de los depósitos más grandes de tierras raras en Rusia. La operación se formalizó el 20 de mayo con la compra de Vostok Engineering, operadora del proyecto, según consta en el registro comercial ruso. Con esta adquisición, la petrolera busca avanzar en su ambición de convertirse en un proveedor global de minerales críticos.
Tomtor alberga unas 154 millones de toneladas de mineral rico en monacita, pirocloro, niobio y escandio, lo que lo convierte en un activo de alta relevancia para la seguridad económica y militar rusa. Las sanciones occidentales han obstaculizado su desarrollo desde 2022, pero Rusia acelerará el avance del proyecto, incluso con apoyo estatal o inversión extranjera. La compra por parte de Rosneft, liderada por Igor Sechin, marca un giro estratégico en el aprovechamiento de los minerales estratégicos en un contexto de tensiones geopolíticas.
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Antes de la guerra con Ucrania, Rusia proyectaba invertir US$1.500 millones para alcanzar el segundo lugar en la producción global de tierras raras, solo por detrás de China. Con reservas estimadas en 3,8 millones de toneladas, el país posee la quinta mayor base de estos recursos a nivel mundial. El objetivo declarado es capturar hasta el 12% del mercado global hacia 2030, consolidando así su influencia en la cadena de suministro de minerales estratégicos.
La decisión de Rosneft no es aislada. Grandes petroleras globales han comenzado a virar hacia los minerales críticos. ExxonMobil anunció en 2023 su incursión en el litio mediante tecnología DLE en Estados Unidos. Chevron y Occidental también han mostrado interés en este segmento.
El caso ruso subraya cómo la transición energética y la rivalidad geopolítica están redibujando el mapa de los minerales estratégicos. Mientras los hidrocarburos siguen siendo centrales, las grandes economías están ampliando su portafolio hacia recursos esenciales para el futuro tecnológico y energético como la apuesta de producción de tierras raras.