Este metal estratégico es clave en la transición tecnológica global; nuevas soluciones buscan optimizar su producción y reducir emisiones.
El molibdeno, un subproducto de la minería del cobre, ha ganado protagonismo por su uso en tecnologías avanzadas como pantallas LCD, semiconductores, energía nuclear y acero especial. Chile lidera el comercio internacional de este metal con el 33 % de las exportaciones globales (US$ 1,460 millones) y el 15 % de la producción mundial, consolidando su rol como proveedor clave de insumos estratégicos para industrias de alta tecnología.
“Su presencia es clave en sectores como la energía nuclear avanzada, la desalinización de agua, la fabricación de semiconductores y la infraestructura para el hidrógeno verde”, destacó Juan Carlos Guajardo, director de Plusmining. En 2024, Codelco produjo 16,000 toneladas de molibdeno —el 7 % del total global— y envió el 60 % al mercado japonés. Su Planta Molyb, inaugurada en 2016, fortalece su rol como proveedor confiable de ferromolibdeno con valor agregado.
Actualmente, los principales destinos del molibdeno chileno incluyen China, Japón, Países Bajos y Corea del Sur. Braim Chiple, vicepresidente de Comercialización de Codelco, resaltó que “tenemos la cadena completa: el concentrado de cobre, la planta procesadora y el complejo portuario para exportar al mundo”, lo que refuerza la posición de Chile como hub estratégico para este insumo crítico.
Desde la academia, el Laboratorio LIAM de la PUCV desarrolla tecnologías más limpias para procesar molibdenita, con una propuesta que reduce etapas, consumo energético e impacto ambiental. “Esta tecnología podría generar un cambio radical en el tratamiento de minerales de molibdeno… un proceso más simple, más limpio y mucho más eficiente”, señaló Álvaro Aracena, líder del proyecto, quien destacó el potencial de aplicar estas innovaciones en fundiciones chilenas.