Con inversiones de más de US$ 59 millones y la reactivación de plantas inactivas, el país busca asegurar el suministro de un insumo clave para proyectos de uranio, cobre, manganeso y tierras raras vinculados a la transición energética.
Namibia, reconocida como el tercer mayor productor de uranio del mundo, se prepara para dar un paso clave en su consolidación como hub de minerales críticos. El gobierno y el sector privado han coincidido en que es momento de fortalecer la producción de ácido sulfúrico, un insumo indispensable en la extracción de uranio, cobre, manganeso y tierras raras, todos ellos esenciales para la transición energética global.
Inversión inicial de Green Metals Refining en Walvis Bay
El movimiento está liderado por Green Metals Refining, una compañía con sede en Londres que anunció una inversión de US$ 59 millones para instalar una moderna planta en la ciudad portuaria de Walvis Bay. La primera fase permitirá una capacidad de producción de 175.000 toneladas métricas anuales, pero la visión es más ambiciosa: alcanzar las 720.000 toneladas por año una vez que la planta esté en pleno funcionamiento hacia finales de 2027.
La infraestructura estará integrada a una refinería de manganeso que la misma empresa planea construir, con el objetivo de abastecer de manera directa a las minas de uranio y cobre del país.
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Vedanta acelera reactivación en Skorpion
En paralelo, Vedanta ha decidido volver a poner en operación la planta de ácido sulfúrico de sus operaciones de zinc en Skorpion, inactiva desde 2020. La minera proyecta producir 1.000 toneladas diarias en un plazo de entre cuatro y seis meses, lo que permitirá complementar el esfuerzo de ampliación de la oferta nacional.
Un modelo que asegura competitividad
El director ejecutivo de Green Metals Refining, Derk Hartman, subrayó que Namibia todavía es un importador neto de ácido sulfúrico, lo que representa una limitación frente al crecimiento de su minería de metales verdes. Para el ejecutivo, la instalación de nuevas capacidades locales no solo resolverá esa brecha, sino que también ofrecerá oportunidades a terceros proyectos mineros, al garantizar un suministro confiable y competitivo.
Liderazgo en la nueva economía verde
Con estas iniciativas, Namibia busca dejar de depender de insumos externos y posicionarse como un actor integral en la cadena de valor de la energía limpia. La estrategia no se limita a aumentar la capacidad productiva, sino también a asegurar que cada proyecto de minerales críticos —ya sean los ocho actualmente en operación o los que se sumen en el futuro— cuente con las condiciones necesarias para sostener su crecimiento y consolidar al país como un líder global en minería sostenible.