Esta región es clave para la empresa, ya que sus bloques terrestres aportan cerca del 50 % del consumo interno de gas.
Tras la sorpresiva retirada de Shell de tres bloques costa afuera en el Caribe colombiano, Ecopetrol ha decidido mantener el impulso en la exploración de gas natural. La petrolera estatal asumirá el liderazgo en los bloques COL-5, Purple Angel y Fuerte Sur, activos que hasta hace poco compartía con la multinacional anglo-holandesa.
Aunque la salida de Shell en abril fue parte de una reestructuración global de su portafolio, Ecopetrol ha transformado lo que pudo parecer un revés en una oportunidad estratégica para consolidar su papel en aguas profundas.
Lejos de detenerse, la compañía evalúa incorporar nuevos socios para avanzar en la exploración. “Estos proyectos tienen retornos muy atractivos y responden a una necesidad evidente de gas en el país”, explicó Rafael Guzmán, vicepresidente de hidrocarburos de Ecopetrol, desde Casanare.
Esta región es clave para la empresa, ya que sus bloques terrestres aportan cerca del 50 % del consumo interno de gas. El enfoque ahora se centra en acelerar los trabajos en el Caribe y asegurar nuevas reservas que sostengan la demanda nacional.
El momento no podría ser más crítico. Las reservas probadas de gas en Colombia han caído a su nivel más bajo en casi dos décadas, con apenas 5,9 años de autosuficiencia estimados al cierre de 2024, según el Ministerio de Minas y Energía.
Esta situación subraya la urgencia de diversificar las fuentes de suministro, y convierte a los bloques abandonados por Shell en piezas clave para el futuro energético del país. No sorprende entonces que Petrobras, la petrolera estatal brasileña, haya manifestado interés en explorar posibles adquisiciones en la zona.
Ecopetrol y Petrobras ya colaboran en otros frentes, como el pozo Buena Suerte, ubicado en el bloque GUA-OFF-0, y se preparan para avanzar hacia el prospecto Papayuela. Esta sinergia abre la puerta a una posible asociación en los bloques del Caribe.
Si los resultados acompañan, nuevos pozos podrían desarrollarse en la misma zona, mostrando el dinamismo con el que la empresa estatal enfrenta los desafíos de la exploración en aguas profundas.
Aun así, los frutos de este esfuerzo no se verán a corto plazo. Los primeros resultados comerciales de los pozos marinos se esperan hacia 2029. Entre los prospectos más prometedores está Sirius-2, que también se comparte con Petrobras y que, de confirmarse su viabilidad, podría incluso triplicar las reservas actuales de gas.
En un contexto en el que el Gobierno, alineado con su política de transición energética, ha suspendido la firma de nuevos contratos desde 2022, la apuesta de Ecopetrol se centra en aprovechar al máximo los recursos ya adjudicados y asegurar la estabilidad energética del país en el mediano plazo.