César Gutiérrez recordó que la conexión entre el Oleoducto Norperuano y el OCP lleva dos décadas sin concretarse por la baja producción en Ecuador.
La interconexión de oleoductos entre Perú y Ecuador vuelve a ser anunciada por el Gobierno peruano, pese a que la idea data de hace más de dos décadas y enfrenta serias limitaciones técnicas y productivas. Según el ingeniero mecánico y expresidente de Petroperú, César Gutiérrez, los ministerios de Economía y Finanzas (MEF) y Energía y Minas (Minem) muestran poco interés en filtrar la información que llega desde Petroperú al Ejecutivo.
“Del anuncio inicial a la fecha han ocurrido muchas cosas en Perú y Ecuador, que cada día han hecho más lejana la posibilidad de la conexión de oleoductos. En Ecuador hacia el año 2000 existía una gran expectativa de incremento de la producción petrolera, principalmente de crudos pesados, en la provincia de Orellana, colindante con la provincia peruana de Datem del Marañón, de la región Loreto”, explicó Gutiérrez. En ese entonces, el Sistema de Oleoductos Transecuatoriano (SOTE) ya operaba desde 1972, mientras que el Oleoducto Norperuano (ONP) había iniciado operaciones en 1976.
Ante las expectativas de mayor producción, en 2001 se impulsó la construcción del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP), que comenzó a operar en 2003. “Luego de la puesta en operación del OCP, la capacidad de transporte de crudos se incrementó significativamente, el SOTE con 360 mil barriles (MB) y el OCP con 450 MB; es decir, 810 MB”, indicó el especialista.
El escenario se complicó tras el cambio de régimen contractual en 2010, durante el gobierno de Rafael Correa, y con el cierre por referéndum en 2023 del bloque 43 (ITT), que llegó a producir hasta 70 mil barriles diarios. “La situación se ha agravado más aún con el cierre, por mandato de referéndum del 2023, del bloque 43 (ITT), que llegó a producir hasta 70 mil barriles diarios (MBD) de petróleo, lo que disminuye más aún el uso de la capacidad de transporte del OCP, que llegará a tan solo al 17%”, advirtió Gutiérrez. Con este panorama, expertos cuestionan qué incentivos reales tendría Petroecuador para concretar la interconexión con el Ramal Norte del Oleoducto Norperuano.