La petrolera estatal eligió a Upland Oil & Gas como nuevo socio para el lote 192, en Loreto, tras la salida de Altamesa y sin lograr atraer a grandes empresas. La inversión necesaria para poner en marcha el proyecto superaría los US$ 100 millones.
PetroPerú intenta no perder el control del lote 192, uno de los activos petroleros más relevantes del país con potencial para producir 12 mil barriles diarios. Tras la salida de Altamesa Energy en 2025, la estatal asumió sus deudas por US$ 30 millones y lanzó un proceso para encontrar un nuevo socio. Sin éxito en la convocatoria pública, recurrió a negociación directa y eligió a la peruana Upland Oil & Gas, aunque diversos expertos cuestionan su capacidad financiera y técnica para asumir la reactivación del lote.
El desarrollo del lote 192 requeriría entre US$ 100 y US$ 400 millones, según estimaciones del exfuncionario del Minem, José Mansen, a diario El Comercio. Upland no cuenta con ese capital, y PetroPerú habría propuesto financiar parte del relanzamiento con recursos del Tesoro Público. Además, incluyó en el proceso de selección un acuerdo interno firmado con PerúPetro en 2023, que permitiría el reembolso de inversiones operativas, aunque este documento aún no forma parte del contrato oficial.
Expertos advierten que calificar a Upland como socia representa riesgos legales y financieros. Se señala que la empresa habría inflado su patrimonio al contabilizar recursos del Estado como activos propios, lo cual vulneraría la Ley Orgánica de Hidrocarburos. Además, enfrenta una sanción ambiental por abandono irregular en el lote XXIV, lo que impediría su calificación según el reglamento de Perú-Petro.
Pese a los cuestionamientos, PetroPerú inició el proceso de calificación de Upland el 17 de julio, como parte del trámite para modificar el contrato de licencia. La empresa estatal argumenta que su nuevo socio tiene experiencia en la selva y capacidad operativa, pues gestiona los lotes 8 y XXIII. La reactivación del lote 192 resulta clave para sostener la estrategia de integración vertical de Petro-Perú, especialmente ante la reversión de los lotes que administra en Talara.