La empresa ve potencial en sus operaciones de mineral de hierro y carbón siderúrgico, que ofrecen expansión con baja inversión de capital.
Durante su intervención en una conferencia organizada por el Bank of America, el director ejecutivo de BHP, Mike Henry, destacó la solidez de la estrategia de la compañía frente a un panorama económico global cada vez más incierto. En un entorno marcado por tensiones comerciales crecientes y políticas arancelarias impredecibles, el gigante minero apuesta por una cartera enfocada en materias primas resilientes como respuesta a los desafíos del mercado.
Henry reconoció que el comercio internacional atraviesa una etapa de gran volatilidad, con aranceles estadounidenses en niveles históricamente altos. Sin embargo, subrayó que BHP está preparada para enfrentar múltiples escenarios, desde una intensificación de las guerras comerciales hasta un eventual restablecimiento del libre comercio, aunque este último se considera poco probable en el corto plazo.
«Nuestro portafolio fue diseñado intencionalmente para resistir escenarios económicos adversos», señaló Henry. “La elección de las materias primas en las que operamos responde a su capacidad de mantener la demanda incluso bajo presión económica”.
Según el ejecutivo, incluso en un contexto de tensiones comerciales prolongadas, es probable que los gobiernos adopten medidas de estímulo fiscal y monetario, lo que amortiguaría el impacto sobre productos clave como el acero y el cobre. En el caso de la potasa, su menor vinculación con el ciclo económico global la convierte en un recurso especialmente atractivo en tiempos de incertidumbre.
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Henry también remarcó que, en un escenario más optimista donde se avancen acuerdos comerciales bilaterales, BHP se beneficiaría aún más gracias a la creciente demanda global de los productos que ofrece.
La compañía, con más de 140 años de historia, ha sabido adaptarse continuamente al entorno cambiante, y actualmente opera con una cartera simplificada de activos de gran escala y larga vida útil, la mayoría ubicados en países de la OCDE. Este enfoque no solo proporciona estabilidad, sino que también abre paso a nuevas oportunidades de crecimiento orgánico.
A corto plazo, BHP ve potencial en sus operaciones de mineral de hierro y carbón siderúrgico, que ofrecen expansión con baja inversión de capital. A largo plazo, la compañía apuesta por la potasa —con el proyecto Jansen en el centro de esta nueva etapa— y por el cobre, cuya demanda se prevé aumentará significativamente en las próximas décadas. “Estamos preparados para responder a ese crecimiento y desempeñar un rol clave en la transición global”, concluyó Henry.