La reactivación se realizará en tres fases: la primera, desde este 16 de junio, se dirige a la pequeña minería no metálica; en septiembre será el turno de la pequeña minería metálica; y hacia fin de año, se abrirá por completo.
Tras más de siete años de cierre, el catastro minero de Ecuador reabre este lunes 16 de junio. La primera fase atenderá a la pequeña minería no metálica, según anunció el Gobierno. Esta medida marca el inicio de un proceso escalonado que busca reactivar el sector minero, tras años de paralización iniciada en 2018 por irregularidades detectadas durante la administración de Lenín Moreno.
Hasta su cierre, el país había otorgado 5.432 concesiones mineras. Desde entonces, no se volvieron a recibir solicitudes para nuevas áreas de exploración o explotación. La reapertura del catastro —una base georreferenciada con todos los derechos mineros del país— es vista por la industria como una oportunidad clave para impulsar inversiones y destrabar proyectos detenidos.
La reactivación se realizará en tres fases: la primera, desde este 16 de junio, se dirige a la pequeña minería no metálica; en septiembre será el turno de la pequeña minería metálica; y hacia fin de año, se abrirá por completo. El objetivo es garantizar eficiencia, transparencia y sostenibilidad operativa, según informó la vocera Carolina Jaramillo.
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Con la primera etapa ya en marcha, el Ministerio de Energía espera que en tres a cuatro meses se hayan normalizado los procesos administrativos. Paralelamente, la Agencia de Regulación y Control Minero (Arcom) ha publicado un nuevo instructivo para presentar solicitudes, actualizado por primera vez desde 2014. Esta fase beneficiará principalmente a industrias como la cementera y la cerámica, que dependen de minerales no metálicos como calizas, puzolanas y arcillas.
El sector minero recibió con optimismo la reapertura, aunque persisten preocupaciones por la tasa de fiscalización que entrará en vigor en julio. En contraste, organizaciones como la Conaie reiteraron su rechazo y anunciaron una posible radicalización de la resistencia territorial ante el avance de nuevas concesiones.