Excavadoras invaden el área de conservación fundada por Juliane Koepcke, afectando al río Yuyapichis y generando graves daños ambientales.
La minería ilegal avanza sobre el Área de Conservación Privada (ACP) Panguana, en Puerto Inca, Huánuco, generando alarma entre residentes e investigadores. “Hace casi dos meses que están acá, alrededor de la ACP y ahora ya se han comido una parte de la ACP y también partes del terreno de la fundación… En estos momentos hay siete excavadoras”, relató un testigo que prefirió mantener el anonimato por temor a represalias. El ruido de las máquinas, asegura, es constante día y noche.
El abogado ambientalista César Ipenza, amigo de Juliane Koepcke, directora de la Fundación Panguana, advirtió que las amenazas mineras son cada vez más peligrosas. “Durante mucho tiempo han estado las amenazas de minería ilegal, primero con ciudadanos chinos y, ahora, la situación es cada vez más peligrosa, incluso han ingresado a Panguana con invasiones promovidas por dirigentes mineros”, indicó. Fotografías aéreas muestran devastación en anexos colindantes, con montículos de tierra, pozas de mercurio y destrucción del bosque.
La Fiscalía Ambiental de Ucayali realizó un operativo el 14 de agosto, pero enfrentó resistencia de entre 50 y 80 personas armadas con lanzas y flechas, incluidos mineros ilegales. “Nosotros éramos sólo ocho”, relató un fiscal. Aunque la Marina apoyó con disparos disuasivos, no lograron retomar el control. Se destruyeron dos maquinarias ilegales, pero los drones revelaron deforestación de hasta mil hectáreas y la alteración del cauce del río Yuyapichis.
¿Qué biodiversidad está en riesgo en la ACP Panguana?
Fundada en los años 60 por los investigadores alemanes Hans y María Koepcke, y formalizada en 2011, la ACP Panguana protege 700 hectáreas de bosque pluvial primario. Alberga más de 500 especies de árboles, 53 especies de murciélagos, 353 aves —entre ellas guacamayos, tucanes y águilas morenas—, así como jaguares, pumas, monos, reptiles y anfibios. En total, más de 600 vertebrados y cientos de insectos conforman su ecosistema único. Sin embargo, la invasión minera amenaza con borrar décadas de conservación en una de las áreas más biodiversas del Perú.