Desde el Ministerio de Economía y Finanzas, el titular Raúl Pérez-Reyes destacó que esta subida de precios, si se mantiene, podría beneficiar los ingresos fiscales del país en el corto plazo.
La reciente decisión del presidente estadounidense Donald Trump de imponer un arancel del 50 % a las importaciones de cobre ha generado reacciones inmediatas en los mercados internacionales y ha despertado preocupación en los principales países productores del metal, entre ellos el Perú. Aunque el impacto directo para la economía peruana sería limitado, los efectos indirectos podrían ser significativos si la medida escala en una nueva guerra comercial global.
Según José Gonzales, editor internacional de la revista Rumbo Minero América Mining, apenas el 3 % del cobre peruano se destina actualmente a Estados Unidos, por lo que el golpe directo a las exportaciones sería marginal. No obstante, advirtió que las tarifas podrían ampliarse a productos refinados o procesados en terceros países, como China o Vietnam, donde parte del cobre de origen peruano es transformado antes de ingresar al mercado estadounidense.
“Si el arancel se aplica considerando el país de tránsito en lugar del país de origen, los márgenes de exportación peruana podrían verse seriamente comprometidos”, explicó Gonzales. Esta situación plantea un riesgo para los productores locales y podría alterar el actual equilibrio de los flujos comerciales del cobre en la región.
El anuncio de Trump también ha provocado una fuerte volatilidad en los mercados: los futuros del cobre en la Bolsa de Nueva York alcanzaron los USD 5,68 por libra, un incremento diario de más del 13 %. Gonzales señaló que esta alza no solo responde a la medida arancelaria, sino también a la caída de inventarios globales y a una demanda sostenida por la transición energética.
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Respuesta del Ejecutivo
Desde el Ministerio de Economía y Finanzas, el titular Raúl Pérez-Reyes destacó que esta subida de precios, si se mantiene, podría beneficiar los ingresos fiscales del país en el corto plazo. “El cobre es clave para nuestras exportaciones. Un precio más alto puede traducirse en mayor recaudación tributaria, siempre que no haya una disrupción mayor en los mercados de destino”, declaró.
Sin embargo, el riesgo de una escalada comercial entre Estados Unidos y China, que concentra más del 40 % de las exportaciones peruanas de cobre, podría alterar el panorama. Una cadena de represalias cruzadas afectaría la estabilidad de los mercados globales, presionando costos logísticos y alterando rutas comerciales que involucran al Perú como proveedor estratégico.
En conclusión, si bien el impacto inmediato del arancel anunciado por Trump es limitado para el Perú, el país debe mantenerse en alerta. La evolución de las medidas estadounidenses y la respuesta de sus socios comerciales marcarán el rumbo de una industria clave para la economía nacional. Las autoridades peruanas y el sector privado deben seguir de cerca el contenido del informe del Departamento de Comercio de EE. UU., cuya interpretación legal será crucial para anticipar eventuales afectaciones.