El auge de los minerales críticos, como el cobre y el litio, está redefiniendo el papel de Perú en el mercado global.
La transición energética ha convertido a la región en un eje estratégico para el suministro de metales esenciales, y el país andino ha respondido atrayendo mayor inversión extranjera directa (IED). En 2024, la IED en Perú creció un 57%, alcanzando US$ 6,799 millones, muy por encima del promedio regional (7.1%), según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Cobre y litio: motores de la atracción de capital
Con el 10.2% de las reservas globales de cobre y proyectos emergentes de litio y molibdeno, el Perú se posiciona como proveedor clave para tecnologías de energía limpia. Actualmente, más de la mitad de las exportaciones nacionales provienen de la minería, con cuatro metales (cobre, oro, zinc y plomo) concentrando el 56% del valor exportado. El cobre por sí solo representa un tercio de los envíos al exterior.
Entre enero y mayo de 2025, la inversión minera alcanzó US$ 1,845 millones (+4.7% interanual) y las exportaciones mineras sumaron US$ 13,721 millones (+27.3%), reflejando la fortaleza del sector. La cartera de 67 proyectos en ejecución, valorizada en más de US$ 64,000 millones, podría duplicar la producción minera en los próximos años si se agilizan los permisos y se destraban inversiones.
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Oportunidad estratégica para el desarrollo
Para la CEPAL, esta ola de capital es una herramienta para el crecimiento sostenible, siempre que se articule con desarrollo social y diversificación productiva. El Banco Interamericano de Desarrollo señala que cada dólar de IED en minería puede generar hasta US$ 187 en la economía local, además de empleo y mayor inversión doméstica.
No obstante, el país enfrenta desafíos: burocracia compleja, demoras en permisos y baja ejecución de recursos del canon. En 2024, los Gobiernos locales dejaron de usar S/ 3,862 millones de inversión pública provenientes de la actividad minera.
Clave: institucionalidad y visión de largo plazo
Con la transición energética acelerando la demanda de metales, Perú tiene una oportunidad histórica para posicionarse como hub de minerales críticos. Para lograrlo, necesita fortalecer sus instituciones mineras, garantizar estabilidad normativa y vincular las inversiones con cadenas de valor locales, asegurando que la riqueza mineral se traduzca en desarrollo económico y social sostenible.
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